Editorial Por Héctor Loya
# Corre Obrador más caravanas para que les des trabajo en la frontera, Tijuanenses hay les va a llegar más visita pónganse buzos, México mándalos de vuelta a su país, lo que buscan esos mugrosos es que México los mantenga y les quite el hambre.
Estos fueron algunos de los comentarios que no se hicieron esperar en nuestro portal EL INFORMADOR cuando se dio a conocer la noticia de que una nueva caravana migrante proveniente de Honduras se dirige a Estados unidos con la firme convicción de cruzar sus fronteras para lograr el llamado sueño americano.
Resultan ser comentarios encontrados entre las diferentes formas de pensamiento ante lo que parece un “Éxodo” masivo de hondureños que solo buscan huir de la pobreza y la violencia que prevalece en sus naciones, se trata de los anhelos de familias que tuvieron la desdicha de nacer en países sumidos en la miseria, y buscan a toda costa llegar a la “tierra prometida”.
Podremos seguir opinando ya sea a favor o en contra, pero lo único cierto es que cientos de migrantes hondureños avanzan en una nueva caravana y el primer objetivo es pisar suelo mexicano en medio de una fuerte tensión.
El problema, como lo ha sido desde hace décadas, es complejo y preocupante, pues frente al panorama de desasosiego que envuelve a esas personas, no hay camino viable y estable para darles cabida fuera de sus fronteras.
Y lo peor de esto es que la caravana migrante sea utilizada con fines políticos en una llamada doble cara de la moneda, la primera al ser una causa para desestabilizar a México y a Estados Unidos, y la otra de ser una estrategia del presidente Donald Trump para elevar su popularidad, previo a las elecciones en el sentido de impedir que las caravanas centroamericanas logren poner un pie dentro de la llamada nación mas poderosa.
Más allá de posturas rígidas como las de Donald Trump, es necesario echar a andar un plan integral a nivel nacional e internacional que involucre a todos los países con flujos migratorios con la finalidad de disminuir o incluso frenar el número de expulsados que no resisten más las miserables condiciones de vida.
Paradójicamente le guste o no a Donald Trump Estados Unido debe ser el país que más esfuerzos ponga en proporción a la dimensión de su economía, pero también a su responsabilidad histórica.