Por María G. Erazo
La manera en que piensas determina quién eres. Cuando estamos en medio de adversidades, más que el antídoto, un pensamiento positivo y optimista nos puede librar. La manera en que hablas de otros dice más de ti que de los demás. Las personas más positivas que conozco son aquellos a los que nunca los escuché hablar negativamente de otras personas. Es evidente que tenían mejores cosas de las cuales pensar y hablar. Personas así entienden y visualizan las consecuencias de sus palabras antes de mencionarlas.
Lo que ocupa tu mente y cada uno de tus pensamientos tienen mucho peso en tu vida. Tus pensamientos vienen de tu corazón y tus acciones son resultados de tus pensamientos. ¿Qué tipo de pensamientos ocupan la mayor parte de tu tiempo? “Lo que entra en nuestra mente y ocupa nuestro proceso de pensamiento en algún lugar, en algún momento saldrá de nuestra boca” (Maxwell).
Todas las mañanas me repito frases, sueños, metas y afirmaciones que me ayudaran a empezar mi día. Esto ha hecho una gran diferencia en lo cotidiano. Constantemente estoy pensando en cosas buenas, y cuando algún pensamiento negativo viene a mente me propongo a pensar en lo mejor. No es fácil, sobre todo cuando nuestro alrededor nos hace ver lo contrario. No dejes que las circunstancias o las personas a tu alrededor envenenen tu corazón y pensamientos.
Ten cuidado con lo que permites entrar en tu corazón, porque esto será reflejado en tus pensamientos y como consecuencia, en tus acciones.
Quiero darte unos pequeños tips para cambiar tu manera de pensar y actuar:
- Jamás creas a los demás que no puedes hacer cosas grandes, y repítete a ti mismo que sí lo puedes hacer.
- Analízate a ti mismo, ve en qué eres bueno, qué sabes hacer. Medita en estas cosas y piensa cómo las pondrás más en práctica o uso.
- No sigas modas, crea tu propia tendencia e identidad. No dejes entrar pensamientos en contra de quién eres tú mismo.
- Sé siempre una persona segura al momento de tomar decisiones, eso aporta a tu carácter. Toma decisiones con la mente y corazón, pues ellas van de la mano.