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El fracaso de las reuniones diplomáticas para resolver las crecientes tensiones sobre Ucrania ha colocado a Rusia, Estados Unidos y sus aliados europeos en un territorio inexplorado el cual sigue presentando retos significativos para que las partes principales eviten una confrontación directa y potencialmente desastrosa.
Y es que pareciera que nos encontramos ante un inminente conflicto mundial ya que si Ucrania intenta recuperar Crimea Europa entera será arrastrada a una guerra contra Rusia y no habrá ganadores.
Por su parte si Rusia invade, EEUU ha amenazado con intervenir en el conflicto. Algo que a nadie le gustaría.
Y es que las diferencias parecen ser insuperables entre Washington y Moscú y esto conlleva a riesgos reales de una guerra económica debilitante y un conflicto militar.
La negativa de cada una de las partes a renunciar a lo que la otra considera exigencias irreales y excesivas ha dejado en el limbo las perspectivas para la diplomacia, con Estados Unidos y sus aliados acusando a Rusia de avivar las tensiones sin razón legítima y los rusos quejándose de nuevo de que los estadounidenses son los agresores.
La brecha en las percepciones es tan grande que pudiera ser necesaria una escalada nueva y peligrosa para que las partes abran la imaginación y busquen acuerdos.
Es un período extremamente incierto y tenso sin una salida obvia, a menos que Putin o Biden cedan.
La falta de una solución diplomática lleva lógicamente a la crisis y al miedo a la guerra la cual mantiene en las personas el temor a ser devastados por acontecimientos violentos que ya se han vivido en otros periodos de la historia.
Lo ideal sería que se solucionaran las cosas por el dialogo, pero tal parece que en todos sus intentos se ha fracasado y que de no poder establecerse acuerdos la solución por las armas será la única salida.
