Miami, 10 dic (EFEUSA).- La prohibición del Gobierno de Estados Unidos de vuelos comerciales desde su territorio a todas las ciudades de Cuba con la excepción de La Habana comenzó este martes con especial incidencia en el aeropuerto de Miami, donde vive una amplísima comunidad de origen cubano.
La medida, que no afecta a los vuelos chárter, se anunció en octubre pasado, cuando se concedió un plazo de 45 días a las aerolíneas afectadas, que incluyen a American, Delta y JetBlue, para suspender sus vuelos a nueve aeropuertos cubanos internacionales.
El aeropuerto de Miami tiene previsto este martes el despegue de una quincena de vuelos a Cuba, de los cuales una docena son a la capital isleña y el resto vuelos chárter a Holguín, Santa Clara y Camagüey.
Pero esta medida de la Administración del presidente Donald Trump para intentar aislar aún más a la isla divide a la población cubana de Miami.
Mientras algunos viajeros frecuentes a la isla lamentaron en declaraciones a medios locales que esta prohibición les afecta directamente cuando van a visitar a la familia que quedó allá, el exilio se congratuló de esta decisión.
Ramón Saúl Sánchez, líder del Movimiento Democracia, pidió en declaraciones a Efe un «sacrificio» a la población para poder atacar al Gobierno cubano donde más «le duele, que es el bolsillo», en referencia al menor ingreso por turismo que sufrirá a partir de este martes.
Sánchez consideró que La Habana ha demostrado que las políticas «suaves» contra el régimen son vistas por este como una especie de «condescendencia» a sus reiteradas violaciones de los derechos humanos en la isla, y que esta prohibición supone un «mensaje claro» de la comunidad internacional de esos hechos no son tolerables.
El Gobierno de EE.UU. indicó en octubre pasado que su decisión permite evitar que el régimen reciba ingresos que han sido «utilizados para financiar su constante represión al pueblo cubano y su apoyo a Nicolás Maduro en Venezuela».
Los nueve aeropuertos afectados son el de Ignacio Agramonte, en Camagüey; el de Antonio Maceo, en Santiago de Cuba; el de Vilo Acuña, en Cayo Largo; el de Jardines del Rey, en Cayo Coco; el de Abel Santamaría, en Santa Clara; el de Sierra Maestra, en Manzanillo; el de Jaime González, en Cienfuegos; el de Frank País, en Holguín; y el de Juan Gualberto Gómez, en Matanzas.
Los chárter que usan muchos cubanoestadounidenses para viajar desde Miami a Cuba no se verán afectados, aunque estas rutas tienen una capacidad mucho más limitada que los establecidos por las grandes aerolíneas estadounidenses.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, criticó este lunes el inicio de la aplicación de la medida al considerar que «daña» a los cubanos y los vínculos familiares.
«Reclamamos libertad de viajar para los estadounidenses», afirmó en un mensaje en Twitter.
Fruto del deshielo iniciado en 2014, los Gobiernos del entonces presidente de EE.UU. Barack Obama y de su homólogo cubano Raúl Castro anunciaron en diciembre de 2015 un acuerdo para restablecer los vuelos regulares directos, lo que sirvió para fomentar los viajes de ciudadanos estadounidenses a la isla.
Sin embargo, desde que llegó a la Casa Blanca en enero de 2017, Trump ha endurecido la política hacia Cuba con reducciones del personal diplomático, el aumento del embargo comercial, restricciones a los cruceros y limites a los viajes de estadounidenses a la isla.
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