«La gente prefiere ver series de Netflix o HBO por encima de todo, incluido tener relaciones sexuales», señaló el profesor Spiegelhalter, líder en la investigación.
La inseguridad financiera también puede afectar negativamente al deseo sexual, lo mismo que la abundante pornografía en Internet y la dopamina que generan las redes sociales que consumen gran parte del tiempo que antes se empleaba a otros menesteres.
Entre los milenials en cualquier caso, la cosa no parece ser mucho mejor, tanto ellos como las personas de la generación Y, nacidas entre 1995 y 2012, tienen menos sexo que los de la generación X, aquellos nacidos entre 1960 y 1980, de acuerdo con la revista científica Archivos de Comportamiento Sexual.