Opinión casa editorial El Informador
Afortunadamente los culpables ya fueron detenidos y enfrentaran su merecido castigo detrás de las rejas.
Pero aquí es donde se analiza el porqué de este titular, el demonio detrás del delito, al decirlo es porque efectivamente solo un demonio se atrevería a cometer ese tipo de actos tan crueles y tan bajos, más contra una pequeña indefensa.
Solo una persona con una mente muy retorcida se atrevería a atentar contra la vida de una niña, pero, así como este caso existen miles sobre el mundo y no solo sobre niñas sino en la figura que hablamos en este artículo de opinión, “las mujeres”.
Como medio de comunicación reconocemos a la mujer como el pilar más bello de la sociedad y que no hace falta una marcha destructiva o un paro internacional para reconocerlas como lo más valioso que tenemos.
Sin embargo, la bajeza de los delincuentes al tocarlas, maltratarlas y ultrajarlas se merece todo el peso de la ley. Los acosadores, asesinos y violadores tienen en buena medida bien merecido el estar tras las rejas, porque el estar libres en la sociedad solo pone le riesgo la integridad de más mujeres.
Desafortunadamente la sociedad aún no ha evolucionado lo suficiente como para ver que la mujer no debe ser tocada ni con el pétalo de una flor. Lo único que queda es exhortar a toda mujer a que se cuiden, que no porque existan los movimientos feministas se valgan de eso para hacer confianza y que recuerden que los valores y la prudencia son la mejor forma de cuidarse.
Igualmente, a todas esas madres de familia lo primero será el cuidar y velar por la seguridad de sus hijas y no hacer confianza de ningún hombre.