Atlanta (GA), 28 abr (ELINFORMADORUSA/EFE News).-
Algunos restaurantes reanudaron la totalidad de sus operaciones, luego de semanas de servir solo comida para llevar, aunque bajo estrictas medidas para garantizar el distanciamiento social y evitar contagios, mientras que otros optaron por esperar ante el temor de que la decisión pueda generar una nueva ola de infecciones.
Los establecimientos de la popular cadena Waffle House estuvieron entre los primeros que abrieron esta mañana sus puertas a los comensales, en los 300 restaurantes -de unos 400-, que están actualmente operando en el estado.
«No tenemos miedo, hemos estado esperando tres semanas para venir a comer aquí», manifestó a Efe un cliente de un Waffle House que prefirió no revelar su nombre.
Durante un recorrido por varios sectores del área metropolitana de Atlanta, Efe pudo comprobar que eran muy pocos los restaurantes que ofrecían servicio dentro del establecimiento y los que lo hacían tenían solo unos cuantos clientes en su interior.
Uno de los negocios que sí abrió sus puertas a los comensales fue Sabores del Plata, en la localidad de Norcross, en el norte de Atlanta, y cuyos dueños son una familia uruguaya.
«Hay que trabajar, hay cuentas que pagar. Nosotros pedimos un préstamo de pequeña empresa y aún no hemos recibido respuesta», declaró a Efe Denise Reggiori, una de las propietarias del local.
Al igual que Georgia, Alaska y Oklahoma han comenzado a reabrir sus economías a pesar de que las cifras de víctimas mortales y contagios siguen subiendo a nivel nacional, con cerca de un millón de casos confirmados y más de 55.000 fallecidos, según datos recopilados por la Universidad Johns Hopkins.
En su anuncio de la semana pasada, Kemp también permitió hoy también la reapertura de las salas de cine, algo que las principales cadenas, como AMC, Cinemark y Regal no tienen planes de hacer por ahora.
Y es que los casos de coronavirus siguen aumentado en Georgia, donde se han confirmado, hasta este lunes, más de 23.000 y más de 900 muertes.
Esta mañana, la oficina del gobernador anunció que celebrará este lunes un día de oración y que sostendrá un encuentro con líderes religiosos y políticos en el Capitolio estatal.
Muchos de los restaurantes que tenían previsto abrir hoy son pequeños negocios en los alrededores de Atlanta, ya que la actividad económica en el centro de la ciudad continúa prácticamente paralizada luego de que la alcaldesa, la demócrata Keisha Lance Bottoms, urgiera a los residentes a permanecer en casa.
Bottons ha sido una de las voces más críticas de Kemp e incluso no descartó tomar medidas legales porque considera prematura la decisión del gobernador.
Grandes cadenas de restaurantes, como Chick-fil-A, con sede en Atlanta, anunciaron la semana pasada que sus comedores seguirán cerrados y que, por ahora, solo continuarán operando en su modalidad de ‘drive-thru’ y su servicio de entrega.
«El servicio seguro es nuestra mayor prioridad. Mientras que algunos estados han suavizado las restricciones, vamos a tomar más tiempo para analizar nuestras operaciones y asegurarnos que estamos tomando las precauciones necesarias para proteger a nuestros clientes y empleados ante de abrir nuestros comedores», dijo la empresa en una declaración a la prensa.
Algunos emblemáticos restaurantes latinos como «No Más Cantina» anunciaron que tampoco abrirán por ahora y que se limitarán a seguir sirviendo comida para llevar, mientras que otros como Escobar Restaurant & Tapas inicialmente dijeron que reanudarían la totalidad de sus actividades, pero poco después se retractaron.
La reapertura de los restaurantes se produce tres días después de que lo hicieran salones de belleza, barberías, peluquerías, gimnasios y boleros, entre otros negocios «no esenciales», en medio de fuertes críticas de alcaldes y incluso del presidente Trump, que afirmó la semana pasada que era «demasiado temprano» para hacerlo.
Para poder operar, los restaurantes deben cumplir con una serie de medidas, entre ellas que se limite el número de clientes permitidos en los locales, que no se sienten más de seis personas en una mesa y que los empleados utilicen una mascarilla o tapabocas en todo momento y que se les tome la temperatura.