Por: Roger Rivero
No es difícil advertir el intento, desesperado en algunos casos, de los fabricantes de autos por hacer que algunos de sus modelos resalten entre la multitud. Líneas demasiado cortantes y adornos plásticos para apelar a la aerodinámica visual abundan por todas partes.
Por suerte, algunos se mantienen fieles a sus raíces, adicionando algún que otro elemento de modernidad, pero conservando la esencia en concepto y apariencia. El Volkswagen Golf GTI es uno de ellos.
Varios años después de su lanzamiento original en Europa, el primer GTI apareció en los EE. UU. allá por 1983 con un nombre capricho, Rabbit (conejo en español). Con una buena campaña de mercadeo y atributos innegables como el excelente manejo, el pequeño auto alemán comenzó a conquistar corazones. Poco tiempo después, el Rabbit GTI se convirtió en el Golf GTI en los EE. UU. igualando su nomenclatura con el resto del mundo.
Pronto el GTI se convirtió en el estándar por el cual se medirían otros hatchbacks. Volkswagen ha convertido la fórmula de GTI en una ciencia con un núcleo de compradores leales. Probando esta semana el 2018 Golf GTI, no he podido menos que venerar el conservadorismo alemán que ha mantenido a este auto fiel a sus orígenes, mezclado con el pragmatismo norteamericano de: “ain’t broke, don’t fix it” (si no está roto no lo compongas).
Este año VW ha consolidado la alineación GTI en solo tres niveles de acabado: El base S ($26,415) nivel medio SE ($30,470) y el tope de gama Autobahn, que comienza en los $35,070. Todos los 2018 GTI se actualizan con luces LED diurnas, faros antiniebla LED y luces traseras LED. Se incorpora ahora una fascia frontal de aspecto más agresivo, pero nada que amedrente. Los limpiaparabrisas en todos los acabados traen sensor de lluvia, así como la cámara en reversa y faros automáticos.
El modelo SE incorpora techo corredizo, arranque con botón, pantalla de info-entretenimiento más grande de 8 pulgadas con radio satelital y radio HD, frenos mejorados del Golf R, diferencial electrónico de deslizamiento limitado, control de punto ciego y tráfico cruzado, y frenado de emergencia automático.
El más caro de todos es el terminado Autobahn, que trae asientos de cuero, asiento del conductor con ajuste eléctrico, sistema de navegación, audio Fender premium, control de clima automático de doble zona, amortiguadores adaptables, control de crucero dinámico, asistencia para mantenimiento de carril, luces altas automáticas y ayuda para estacionamiento.
El interior del Golf es tan exclusivo como utilizable. Materiales de alta calidad y gran ajuste y acabado son los aspectos más destacados de su cabina, que en general, se ve y se siente más premium que cualquiera de sus competidores. Los asientos son cómodos y de buen espacio al frente, aptos para travesías largas. En la parte posterior el espacio no es tanto, quedando el GTI en desventaja si lo comparamos con algunos de sus competidores. Los botones y perillas se mantienen al mínimo, siendo los controles del vehículo muy fáciles de localizar e intuitivos para operar.
Uno de los beneficios de los hatchbacks es la amplitud en su espacio de carga. Son 22.8 pies cúbicos de capacidad para esos viajes de compras o de excursión. Con los asientos respaldados, la capacidad aumenta a 52.7 pies algo superior a la de algunos competidores.
Una de las cualidades que mas admiro del GTI es su docilidad para servir de transporte diario. Es civilizado y competente en el trafico complicado de la ciudad. Sin embargo, sus mejores bríos los enseña en carreteras secundarias plagadas de curvas. Tuve la oportunidad de probar el modelo SE en estas condiciones y el disfrute fue memorable. Gracias al sistema de control de reparto del par del diferencial delantero (torque vectoring control system) el auto mejora la tracción, la adherencia y la agilidad en las curvas al optimizar continuamente el par del motor distribuido a cada rueda delantera. Tomar las curvas sin respetar los límites de velocidad (algo que no recomiendo hacer claro está) te recompensa con una buena cuota de adrenalina.
Para el 2018, cada GTI viene con un motor de cuatro cilindros turboalimentado de 220 caballos de fuerza, que representa un aumento marginal de potencia del tren motriz base del año pasado, solo 10 caballos más. Este motor suena tan bien como se siente, y ofrece una aceleración fuerte, que saca muy buen partido del torque en los rangos bajos y medios. No hay una elección incorrecta al decidir entre la transmisión manual estándar de seis velocidades y la transmisión automática también de seis velocidades de doble embrague disponible. Los puristas, sin duda, preferirán la caja de cambios manual, pero les aseguro que los que prueben la automática, no quedarán decepcionados. El consumo de 24 millas en la ciudad y 32 en la autopista no es de los mejores para su clase, pero reconozcamos que son muy pocos los competidores que están ajustados para el rendimiento.
No hay muchos que se atrevan a rebatir que entre los deportivos compactos el Volkswagen GTI es uno de los mejores. Su comportamiento divertido de conducir es el resultado de su motor turbo bien animado, dirección nítida y manejo ágil. Sin embargo, este no es solo un automóvil para los apasionados a conducir. La cabina trata a los pasajeros con asientos amplios y relajantes, mientras entretiene a todos con un magnífico sistema de info-entretenimiento. El precio de entrada del GTI es más alto que la mayoría de otros autos de este tamaño, pero si estás en el mercado por un auto de este tipo, gastarás más o menos lo mismo en un GTI que en un Subaru WRX o Ford Focus ST.
El GTI es un paquete equilibrado de potencia utilizable, agilidad, comodidad, practicidad, clase y asequibilidad, que es prácticamente irresistible.