Por Joel Morales
El Informador
GRAND RAPIDS, MI
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Ángel Villegas-Guzmán, de 23 años de edad, fue sentenciado a pasar entre los próximos 30 a 80 años en prisión por haber matado a Kyro Garnett, de 28 años, el nuevo novio de su ex novia, Milly Reed, de 22 años, en mayo del pasado año en Wyoming.
Parado frente al juez Mark Trusock, en la Corte de Circuito 17 en Grand Rapids, el jueves, 11 de mayo, en pijamas verdes de la Cárcel del Condado de Kent y en esposas y una cadena con un candado alrededor de su cintura, el hispano no habló y solo meneó la cabeza de manera muy breve cuando el juez le dijo que esperaba que todos los días pensara en todo el dolor que había ocasionado.
Pero antes de que fuera sentenciado, la madre de Garnett se dirigió al acusado, quien estaba parando contra una pared de la corte con su abogado a su lado, y le dijo entre lágrimas, “Dejaste un hueco en mi familia y nunca jamás seremos los mismos”, dijo la mujer. “Mi hijo también tenía una hija de 5 años de edad, quien ya nunca va a ver a su padre. Mi hijo nunca te hizo nada y era una persona muy buena”, agregó.
Fue a las aproximadamente 11 de la noche el 6 de mayo del 2016, que la policía respondió al complejo de apartamentos Crossroads en la esquina de la Calle 44 y la avenida Clyde Park SW, donde encontró a Kyro Garnett, de raza afroamericana, sangrando de su pecho por varias heridas de bala.
De acuerdo con la policía, Villegas-Guzmán condujo una bicicleta desde la avenida Madison SE hasta el complejo de apartamentos con un arma en mano, brinco un balcón y entró al apartamento que Reed compartía con Garnett. Cuando el difunto intentó escapar, el sentenciado le disparó matándolo.
El Informador estuvo en la escena del homicidio el sábado, 7 de mayo del 2016, donde entrevistó a Reed, la novia del fallecido, quien nos mostró dónde cayó muerto su novio. El Informador también fue el único medio de comunicación, tanto en inglés como de habla hispana, presente en el salón de corte del juez Timmers durante la audiencia de causa probable del hispano, como el único medio de comunicación en la corte para su sentencia el jueves, 11 de mayo.
Antes de ser sentenciado, el abogado de Villegas-Guzmán le dijo al juez Truscock que considerara que el hispano tenía una capacidad mental de un niño de 13 años de edad, aunque no era una excusa por lo que había cometido.
El juez, quien no fue conmovido, sentenció al hispano a lo máximo que podía, diciéndole que la sentencia era razonable y proporcionada con su delito, ya que había estado obsesionado con Reed, había brincado el balcón de su apartamento y le había disparado en las espaldas al difunto.
Cuando el juez dictó la sentencia de Villegas-Guzmán, quien no aceptó la oferta del juez para dirigirse y decirle unas palabras a la familia, los familiares del muerto gritaron y aplaudieron, y el juez, que usualmente no permite dicha conducta en la corte, no los reprendió.
El juez también sentenció al hispano a dos años detrás de las rejas por el uso del arma que usó para quitarle la vida al difunto.
“Sácalo de aquí, ya acabamos aquí”, concluyó el juez, con una voz fuerte.