GRAND RAPIDS, MI (ELINF). -Por Joel Morales/El Informador
Durante dos días, 25 y 26 de agosto, una parte de la Calle 28 en la ciudad de Wyoming, fue inundada por una caravana de carros clásicos y antiguos durante el decimoséptimo «Metro Cruise».
El evento atrajo a miles de amantes de los autos y a cientos de miles de espectadores, entre ellos a la comunidad hispana que también participó en el programa que se realiza para celebrar la despedida del verano.
El viernes 25 de agosto, conocimos a Joel Peña, Laura Saldívar y Rick Vázquez, residentes de la ciudad de Grand Rapids, quienes se preparaban para exponer sus vehículos, un Cutlass Supreme del año 1985 de marca Oldsmobile, un Cutlass convertible 442, un automóvil potente del año 1967 y un Cutlass «G-body» del año 1988.
«He estado viniendo al Metro Cruise a ver los carros desde que tenía 17 años de edad y este año he venido para exhibir este vehículo que he estado restaurando durante los pasados tres años», dijo Peña. «Los carros me inspiran y quise venir para disfrutar y recolectar más memorias. También para inspirar a otros jóvenes a construir sus propios caros en el futuro», agregó.
De su parte, Saldívar indicó que los carros y sus figuras le llaman la atención. Manifestó que su padre tuvo carros grandes y antiguos y esto le aumentó su interés en los carros antiguos. Comentó que unos años atrás se compró su primer auto clásico y que, desde entonces, lo ha estado disfrutando mucho.
Mientras ojeábamos los carros en Rogers Plaza, nos topamos con Efraín Cabrera Cruz y Rolando Cabrera, dos hermanos hispanos residentes de la ciudad de Hopkins, quienes indicaron que también fueron para visitar, dar una vuelta y ver la exposición de carros. «Es un buen evento y hemos visto algo de variedad de carros», dijo Cabrera Cruz. «A mí me gustan mucho los carros clásicos», también explicó su hermano.
Edward Lagos, de 27 años, de la ciudad de Kalamazoo y oriundo de Caracas, Venezuela, resaltó que asistió al evento Metro Cruise con su novia y primo, para apreciar la belleza de los autos clásicos. «Fue algo impresionante ver los autos tan antiguos y los dueños los mantengan como nuevos. Lo estoy disfrutando al máximo», dijo Lagos, después de revisar una camioneta Chevy Nomad del año 1956.
Patricia Rosales, a quien encontramos acomodando su producto sobre unas mesas en su puesto «Creations By JBA», dijo que quiso participar en la actividad para promover su negocio, conseguir más clientes, para que el público pudiera ver lo que hace y seguir creciendo.
«Vendo vasos de vidrio, termos, que son los «tumblers», los personalizo con fotografías, nombres. También hago playeras y sudaderas para compañías. Vendo de todo un poco, y todo lo hago a mano», dijo la hispana.
La comerciante resaltó que se trasladó al área de Los Ángeles, California hace dos años, y comentó que estaba muy contenta de estar participando en su primer año en el «Metro Cruise». Al preguntarle que le había llamado la atención del evento dijo: «Hay mucha gente, que viene a observar los artículos en venta».
Una persona de la tercera edad por nombre Richard Morgan, de Hastings y dueño de una camioneta pickup Chevy del año 1949, dijo que es jubilado y se la pasa recorriendo el estado y exhibiéndola en diferentes eventos de autos.
Cuando le preguntamos si en algún tiempo había considerado venderla, respondió, «Oh no. Cuando llegue a la edad que ya no la pueda conducir o trabajar en ella, entonces me desharía de ella. Por ahora, me estoy divirtiendo mucho», agregó.
Algo similar nos comentó Saldívar, cuando le hicimos la misma pregunta. «Nuestros carros solo son para exhibir. No los venderíamos. Son nuestros juguetes de verano».
El evento, que se estima atrajo a cientos de miles de visitantes al área durante los dos días, genera en gran derrama económica para los negocios locales. El evento «Metro Cruise” dio inicio a las 2 pm el viernes y concluyó a las 9 pm del sábado. Por lo visto la gente se estaba divirtiendo mucho y no tenía muchos deseos de irse a sus casas.
«Quiero que se vayan de este evento con un sueño, de que pueden ser dueños de sus propios carros clásicos, que los hacen sentirse vivos», dijo Peña. A lo que Saldívar añadió: «Lo que me gusta de este evento es que no es para un carro específico, es para todos tipos de carros, bicicletas, hasta personas montadas en un palo con dos llantas».
Pudimos ver los carros clásicos y antiguos, y otros que se unieron a la diversión, que seguían recorriendo la Calle 28, con cientos de personas que se alineaban la calle, comiendo y platicando en la obscuridad de la noche.
