El hombre de origen alemán y que radica en un municipio de España contaba con papeles oficiales de la canina y hasta un chip de identificación reglamentario.
Sin embargo, el 10 de febrero de 2020 el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) recogió muestras de ADN del animal para salir de la duda si se trataba de un lobo auténtico o una perrita.
Los resultados arrojaron que “se trataba de un ejemplar de Canis lupus signatus (Lobo ibérico)”.
Además, la loba tiene tres cachorros híbridos tras cruzarse con un perro común, propiedad del hombre alemán, quien entregó voluntariamente a los animales al Servicio de Patrimonio Natural de la Consellería de Medio Ambiente de la Xunta de Galicia.