Por Miguel Ángel
Saludos amigos informados de El Informador. La Copa del Mundo está muy cerca y esta fiesta futbolera pinta bastante bien. Brasil se quiere sacar la espina, Argentina y Messi no tienen otro camino que levantar la Copa. Los alemanes siempre son favoritos y España también es un serio aspirante al título. Como siempre, no podemos descartar alguna sorpresa y ahí me encantaría incluir a México, pero tampoco quiero pecar de optimismo cuando la Selección, en la cancha, se ha visto muy limitada.
A pesar de eso, y después de haber visto el entradón que hubo en el Rose Bowl, me queda claro que México cuenta con la mejor afición. Llevará a Rusia el mejor apoyo y en ningún partido, los dirigidos por Juan Carlos Osorio van a sentirse solos, como también pasó en los mundiales pasados. El apoyo siempre fue impresionante, pero también la respuesta en la cancha se quedó corta. La ilusión y el entusiasmo siempre fueron mayores a las expectativas reales. Hoy creemos que México cuenta con la mejor generación de futbolistas por la trayectoria que tienen en Europa. Por lo mismo pensamos que puede alcanzarse el quinto partido. ¿Realmente puede pasar eso?
El aficionado tiene todo el derecho en ilusionarse y pensar que hasta campeones del mundo podemos ser. Sería maravilloso, pero todas las demás selecciones persiguen también ese sueño y Brasil sabe que tiene todo para lograrlo después de la gran eliminatoria que hizo. Los alemanes son los campeones defensores y su pasado histórico los empuja a conquistar esa meta nuevamente. Creo que nadie se atreve a descartar a España y después vendrán otros equipos que también tienen ciertas posibilidades. Y aquí la pregunta obligada: ¿En dónde ponemos a México si queremos ser realistas?
Para colmo, sigo sin escuchar a alguien, con voz autorizada, que se atreva a decir “con Osorio podemos ser campeones”. Así las cosas, a México no le queda más que trabajar en serio. A poner 11 valientes contra Alemania, para darle pelea y entonces, sólo entonces, hacer crecer las ilusiones, aunque eso tampoco garantiza puntos contra Corea y Suecia, que igual pueden presupuestar una derrota contra los campeones del mundo, pero también un triunfo sobre México.
A sólo unos días, unos días que faltan para que el balón empiece a rodar en Rusia. Y el juego contra Alemania paralizará la actividad en pleno Día del Padre el próximo 17 de junio. Aquí estamos listos. Habrá sorpresas, porque un Mundial hay que disfrutarlo al máximo, independientemente de lo que pueda pasar con México, al que siempre le deseamos éxito y mucha suerte, sobre todo ahora que el debut es contra Alemania. Nos leemos la próxima semana y recuerden: «La vida te pondrá obstáculos, pero los limites los pones tu».
