Tras confirmarse de manera oficial la muerte del general Qasem Soleimani, quien era el segundo hombre más poderoso de Irán y representante directo del líder iraní en asuntos relacionados con el Oriente Próximo, tanto los medios de comunicación locales iraníes y las redes sociales se llenaron de mensajes de condolencia de sus compatriotas, muchos de los cuales exigían venganza y al mismo tiempo expresaban su preocupación por un nuevo conflicto en la región.
Por su parte, las autoridades iraníes ya han insistido en que tomarán represalias contra EE UU. El ayatolá Ali Jamenei aseguró en un comunicado oficial que la muerte del gran artífice de la estrategia regional iraní “no detendrá su misión” y como muestra de ello nombró ya al general Esmail Ghaani como el nuevo jefe de la Fuerza Al Quds.
“Sin duda la gran nación de Irán y otras naciones libres de la región se vengarán por este crimen del criminal EE UU”, aseguró el presidente iraní, Hasán Rohaní. La importancia del general Soleimani significa que la República Islámica no puede dejar sin respuesta su asesinato, ya que supondría una clara muestra de debilidad, tanto a nivel nacional como internacional, que puede cambiar el equilibrio del poder en favor de sus rivales en la delicada región de Oriente Próximo.
Mohammad Javad Zarif, ministro de Relaciones Exteriores, consideró que el ataque supone “una escalada de tensión extremadamente peligrosa e imprudente. Ali Lariyaní, el presidente del Parlamento y uno de los políticos más influyentes del país, calificó en una entrevista televisiva el ataque estadounidense de “error estratégico» y una muestra «del terrorismo estatal» que achacó a Washington. “EE UU ha desestabilizado la región para sus propias tropas. Nosotros no buscábamos estas circunstancias, son los mismos norteamericanos los que han optado por esta vía”, señaló Lariyani.
El principal clérigo chií de Irak, el gran ayatolá Alí al Sistani, ha condenado el ataque estadounidense pero ha hecho un llamamiento a «todas las partes concernidas a la contención y a actuar con sabiduría». La diplomacia iraní convocó al responsable de la embajada suiza, que representa los intereses de Estados Unidos en Teherán.
La muerte del general iraní ha desatado una ola de manifestaciones en diferentes ciudades de Irán. Donde muchos iraníes discrepan de las posturas y medidas adoptadas por la Guardia Revolucionaria con respecto a las crisis internas, consideraban a Qasem Soleimani como un héroe nacional que luchaba contra el extremismo suní del ISIS y lo veían como un personaje carismático envuelto en un halo de misterio e invencibilidad. La forma de su muerte por el disparo de un dron enviado por Donald Trump ha humillado e indignado a la población iraní.
Los ciudadanos por su parte se ven preocupados por el futuro de la región y de su país, que está sumido en graves problemas económicos.