Por Joel Morales
El Informador
GRAND RAPIDS, MI
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Armando Mendoza, de 18 años de edad, parado frente al juez Donald Johnston en la Corte de Circuito 17 en Grand Rapids el martes, 7 de marzo, escuchó a una de las jóvenes de tres accidentadas en un choque hace 11 meses hoy, perdonarlo, y al hermano mayor de la difunta decirle al juez que esperaba hiciera justicia, momentos antes de ser sentenciado.
“Él comete errores como cualquier persona”, le dijo la joven al juez Johnston, muletas en mano por sus heridas. “Se despertó a media noche para ir a buscarnos y para que nosotras no nos metiéramos en problemas”, también le dijo al magistrado, y luego volteando al joven hispano le dijo, “Armando, yo no te culpo y te deseo lo mejor, no importa lo que ocurra aquí”.
De su parte, Daniel Eggerding, hemano mayor de Alyssa Eggerding, de 16 años, quien murió cuando Mendoza perdió control del carro que manejaba a una velocidad de 110 millas por hora, dijo que ni el hispano, ni las jóvenes y sus familias, y ni él mismo ganarían nada ese día y que la vida no era justa.
“Estamos en la corte porque las leyes y prisiones existen por una razón, y porque las personas son mandadas a ellas. No estoy enojado con nadie, solo triste”, dijo Eggerding. “Espero que los resultados puedan demostrarle a los que se enteren, que no puedes manejar a 110 millas por hora o tener más de dos jóvenes en un carro contigo (refiriéndose a la licencia restringida del joven, en la que ley estipula tiene que ir un mayor de edad con el conductor). Algo tiene que pasar para que esto no vuelva a pasar de nuevo en el futuro”, agregó.
Fue el 10 de abril del año pasado que Mendoza, quien había ido a recoger a las jóvenes de una fiesta, regresaba por la avenida Vinton NW a las aproximadas 3:45 de la madrugada, al norte de la avenida Alpine y esquina con la Milla 9, cuando perdió el control del auto Grand Prix, chocando contra un árbol en la cuadra 7000 allí, en el que murió Eggerding y los demás pasajeros, incluso él, fueron lesionados.
Uno de los agentes de la ley que respondió ese día al accidente, dijo haber estado sorprendido que había habido sobrevivientes.
“Lo siento mucho por tratar de hacer lo correcto y por la manera en que terminó esto”, le dijo Mendoza al juez y a las familias, las cuales se limpiaban lágrimas durante el procedimiento judicial. “De verdad traté y lo siento mucho”, agregó, sobándose y apretándose las manos y apareciendo nervioso e impactado por la tragedia.
El juez, quien dijo haber considerado la sentencia del joven muchas veces en su mente, dijo, “Estas obviamente muy arrepentido por lo sucedido y sé que has sufrido consecuencias serias por el accidente, y no importa como dicte, alguien no va estar contento con mi decisión”.
Y con esas palabras, el juez Johnston sentenció al joven hispano a entre 3 ½ y 15 años de prisión, a los llantos de sus familiares en la galería. De inmediato un agente de la ley escoltó a Mendoza por una puerta del salón de corte, para ser trasladado a la prisión en la ciudad de Jackson.
Familiares de las jóvenes heridas en el accidente se congregaron en el pasillo afuera de la corte, donde se consolaron y se abrazaron, y donde también se derramaron muchas lágrimas.