Opinión: Casa Editorial El Informador
Es lamentable y muy triste ver que nuestra sociedad cada vez se corrompe más con la violencia, en medio de una semana llena de tiroteos Grand Rapids se va convirtiendo en una ciudad inmersa en el temor de que cuando menos se piense alguien saque su arma y dispare a diestra y siniestra.
Sería muy feo que como sociedad nos acostumbremos a la violencia y que poco a poco vayamos perdiendo el sentido humano y que tanta violencia y tanta muerte se convierta en algo cotidiano.
La violencia está aquí, es parte de nuestras vidas, es la forma número uno de resolver malamente los conflictos, es como un cáncer que va consumiendo lentamente a todos los sectores de la sociedad, no respeta cultura, color de piel, religión, lugar de procedencia y género, es una enfermedad que necesita ser combatida de inmediato.
Lamentablemente las personas tienen a su alcance con suma facilidad gran cantidad de armas y los valores han perdido tanto peso que nadie tiene respeto por la vida y así como así se toman las decisiones imprudentes de matar por matar.
Las cosas no pueden continuar igual y las autoridades deben tomar acciones cuanto antes y por autoridades no me refiero solo a los policías, nuestros gobernantes deben de frenar antes que nada la venta ilegal de armas, así como promover acciones que inciten a la gente a la no violencia.
Una manzana podrida solo contaminará a las demás y si no se aparta de la sociedad a esas manzanas podridas cada vez más personas se contaminarán con la violencia, especialmente los jóvenes ya que son altamente vulnerables e influenciables.
Violencia solo genera más violencia hay que valorar no solo la propia vida, sino que también la de los demás la justicia no se puede tomar de propia mano y menos por rencillas, conflictos o deudas personales.
Si incluimos los valores en la familia, en la escuela, en los medios de comunicación, en el gobierno y desde nuestras autoridades tal vez podamos crear un poco más de conciencia al respecto.
Igualmente, los centros corporativos de justicia deben combatir a los criminales, a los pandilleros, a los asesinos, a los vendedores ilegales de armas y sancionarlos como corresponde para así evitar que sigan contaminando a la sociedad.
