Editorial por Héctor Loya
Tal parece que a la violencia en Grand Rapids no la frena ni el coronavirus, pues aunque nos encontremos en pandemia los tiroteos siguen siendo el pan de cada día, impactando sobre la comunidad en general y sin respetar el género, la etnia ni las edades, pues ahora le tocó a una niña de 12 años sufrir una amarga experiencia el recibir un disparo en su pierna luego de un fuego cruzado.
Esta noticia es lamentable porque mientras que por la culpa de algunos, inocentes están pagando las consecuencias, porque si recordamos el mes pasado un niño de 2 años también resultó herido durante un tiroteo.
La madre de esta niña expresó en las redes sociales su inquietud y sobre todo su frustración al ver como su pequeña hija tiene que vivir esa amarga experiencia, desde sufrir dolor, desde tener que ser su apoyo y su soporte durante su recuperación, además de su sed de justicia por encontrar a los responsables de este hecho.
Simple y sencillamente la violencia debe parar porque en esta ocasión se trató de una niña herida, pero que va a pasar después, niños fallecidos a causa de la violencia, eso simplemente no puede pasar.
Como medio de comunicación reconocemos que el departamento de policía de GR ha hecho un buen trabajo, pero últimamente están quedando cortos y hay demasiados casos sin resolver y con el tiempo los casos se van enfriando y eso les da a los delincuentes alas y poder para seguir impunes. Definitivamente la policía de GR debe mejorar sus protocolos y enjuiciar a este tipo de persona que no merecen estar en la calle.
Es momento de parar tanta violencia y recuperar la seguridad en las calles y espacios públicos de una ciudad que es próspera y reconocida a nivel nacional como un buen lugar para vivir.
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