Por: Roger Rivero
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La cabina tiene un aspecto tan espectacular como el exterior. Las líneas esculpidas del interior están recubiertas de alcántara y cuero. Este vehículo en particular lleva un acabado impresionante. Es delineado, envuelto y construido con esmero. Los asientos son grandes y cómodos, y la cabina, aunque está apretada, no tiene la misma sensación de hacinamiento de algunos de sus rivales, lo que hace que sea mucho más cómodo de manejar en el día a días. Sí, hay un par de asientos traseros, pero allí la historia es diferente. Quizás buenos solo para llevar un jacket o la computadora portable.
Una pantalla gigante se encuentra al frente y en el centro, pero, por más grande y atractiva que sea, sorprendentemente no es táctil. En su lugar, se empareja con un delicado panel táctil estilo almohadilla de computadora portátil, que dificulta la navegación a través de las funciones, especialmente al conducir. Esta quizás sea la mayor decepción en todo el auto.
Cualquier enfado puede disiparse al ponerlo en marcha. El motor V8 de aspiración natural, inyección directa y sin turbo, emite un delicioso “ronroneo”, una banda sonora que nunca aburre. Son 471 caballos y 398 Libras pies de torque, suficientes para la mayoría de los mortales, pero quizás poco en la actual desenfrenada carrera de los caballos de fuerza. Uno de sus competidores, el Corvette Z06 puede obtenerse con 650 caballos.
Dejemos algo claro: este Lexus LC 500 no está anémico de poder. Sus 471 caballos son más que suficientes, aunque el peso de su estructura no ayuda ya que 4,378 libras no son pocas. En realidad, unos cientos de libras más que algunos de sus competidores y, aun así, alcanza las 60 millas en 4.4 segundos.
Para los que necesiten aún más adrenalina, hay ya certeza -aunque no ha sido oficialmente anunciado- que tendremos a finales de este año un LC-F, con motor doble cargado de 621 caballos. También se especula que una versión híbrida orientada al rendimiento está en los planes de Lexus.
La transmisión de 10 velocidades no es especialmente dócil, sobre todo cuando conducimos en modos de Sport S o Sport S +. En estos modos de manejo es cuando el sonido del escape es más disfrutable, pero me sorprendí en más de una ocasión con “alones” bruscos de la transmisión, sobre todo en reducciones a baja velocidad.
La dirección tiene una sensación agradable y ligera, que, aun en los modos de manejo más agresivos no se siente pesada. El paquete de rendimiento agrega una dirección que puede cambiar según el modo de conducción. Lexus ha ajustado la suspensión variable adaptativa a la perfección, por lo que rebasa con elegancia irregularidades del pavimento. Incluso con llantas de 21 pulgadas y neumáticos Bridgestone de rodamiento sin aire, nunca sentimos la necesidad de prepararse para el impacto cuando se conduce en carreteras secundarias de poca calidad.
El Lexus LC 500 puede parecer un automóvil deportivo desde ciertos ángulos, pero en realidad, es un Grand Tourer o Gran Turismo. Los autos GT no se enfocan únicamente en la velocidad bruta, sino que están diseñados para hacer frente a largos viajes por carretera, con el desvío ocasional en una carretera de montaña con curvas. En ambas condiciones este Lexus es muy disfrutable.
El LC 500 no es barato, con un precio inicial de $ 92,900. Si el híbrido LC500h le parece atractivo, está disponible a partir de $96,810. Nuestro auto de prueba venia equipado con algunas opciones, que incrementaron su precio sobre las cuatro cifras, $105,595 para ser más exactos.
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