México, 1 sep (ELINFORMADORUSA/EFE).-
«Hemos procurado que la relación bilateral con Estados Unidos se conduzca con base al respeto mutuo, la cooperación para el desarrollo y la soluciones negociada», dijo el mandatario desde Palacio Nacional, acompañado de unos 500 invitados, entre ministros, figuras políticas y empresariales como el magnate Carlos Slim.
Este es el primer informe de Gobierno de Andrés Manuel López Obrador -que se celebra tradicionalmente en septiembre según marca la ley- desde que asumió el poder el pasado 1 de diciembre de 2018.
Poco después de iniciar su discurso, López Obrador centró su mensaje en asuntos exteriores y su relación con los países vecinos.
Explicó que el Ejecutivo federal ofrece «cooperación y amistad» con todas las naciones del mundo, y especialmente con los de América Latina y el Caribe, por los vínculos de «vecindad, cultura e historia compartida».
Sobre Estados Unidos destacó este «respeto mutuo» pero recordó también que millones de mexicanos en ese país pueden padecer «situaciones adversas».
«El actual Gobierno mexicano defiende a los mexicanos con respeto a la soberanía del país vecino y con todos los instrumentos legales a su alcance», indicó el líder izquierdista.
Destacó que México tiene un amplia red de consulados que, con base en la ley de Estados Unidos y de las convenciones internacionales, busca «prevenir o remediar las violaciones a los derechos humanos de los mexicanos en la nación vecina».
Asimismo, también expresó sus condolencias, una vez más, por la «abominable» matanza en El Paso, Texas, donde murieron 22 personas, ocho de ellos mexicanos, el pasado 3 de agosto.
Tras la crisis migratoria que afecta la región, especialmente desde octubre de 2018 con el fenómeno de las caravanas, el presidente de México apostó una vez más por el desarrollo económico y mostró su interés por sumar a Estados Unidos y a los países del Triángulo Norte de Centroamérica (Guatemala, Honduras y El Salvador) en su plan de acción.
Dio por superada la amenaza arancelaria de Estados Unidos de comienzos de junio pasado, que llevó a que México reforzara los controles migratorios en todo el país para frenar el flujo, y así evitar la imposición de gravámenes a todos los productos mexicanos.
«El acuerdo migratorio (con Estados Unidos) nos obliga a ser más estrictos en la aplicación de la ley en la materia», reconoció.
No obstante, reiteró que se aplicará la ley pero sin violar los derechos humanos.
Al inicio de su discurso, pidió también al Congreso mexicano, que este 1 de septiembre retoma su periodo ordinario de sesiones, que apruebe una reforma constitucional que permita una consulta popular para decidir la continuidad o no del mandatario en turno, y otro cambio normativo que elimine el fuero a servidores públicos y al presidente.
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