Phoenix (AZ), 24 nov (ELINFORMADORUSA/EFE News).-
El Black Friday de 2020 se anticipa con números más rojos que nunca en la región fronteriza, a donde miles de mexicanos cruzaban cada año para aprovechar los habituales precios reducidos, pero la pandemia y la política migratoria del presidente Donald Trump hacen temer un Viernes Negro desolador.
Cada Black Friday mexicanos que viven en la frontera realizaban largas líneas que excedían las horas de espera con el fin de aprovechar los precios especiales que se ofertan después del Día de Acción de Gracias en los EE.UU., pero este año parece que no habrá muchas personas ilusionadas por «cazar» las mejores ofertas.
Pero, sin duda, los más afectados serán los comercios fronterizos de California, Arizona y Texas que dependen en gran medida de los ingresos que dejan unos visitantes que casi no se ven desde que el 21 de marzo iniciaron las limitaciones en el cruce a la frontera por tierra por motivos de la covid-19.
Ese fue el motivo oficial, aunque reportes de prensa apuntaron recientemente que lo que escondía la orden era un nuevo intento del Gobierno Trump de sellar la frontera sur ante la llegada de inmigrantes.
EL COMERCIO LOCAL SUFRE
Pero los afectados también son estadounidenses que viven en esta región fronteriza, muy afectada por la crisis económica generada por la pandemia y esta orden llegada de Washington.
Con la preocupación en el rostro, la comerciante Tere Guerrero, quien desde hace veinte años atiende un comercio de ropa muy cerca de la frontera en la ciudad californiana de Calexico, narra la «triste» situación a la que se enfrentan después de que sus ventas bajaron un 40 %.
«Nos ha afectado porque la gente que cruza diario en la frontera ya no lo puede hacer, pero nos está pegando más por los mayoristas que nos compraban en grandes cantidades para revender en Sonora, el Valle de La Trinidad, Ensenada», dice a Efe Guerrero.
La tienda Edi’s Fashion se había preparado con mercancía para el Viernes Negro y las ya próximas celebraciones navideñas, pero ahora están temerosos de no poder recuperar ni siquiera lo invertido.
«Nos preparamos con mucha mercancía, ahora estamos preocupados, nunca había pasado esto, ni el 11 de septiembre (después de los atendados terroristas del 11-S de 2001), que pusieron medidas de seguridad. Ni siquiera hay para pagar los salarios», afirma la vendedora.