Por Joel Morales
El Informador
GRAND RAPIDS, MI
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Poco antes de las 4 de la tarde del pasado viernes, 8 de septiembre, un niño hispano, alumno de la academia HOPE, ubicada en el 240 de la calle Brown SE en Grand Rapids, iba cruzando la avenida S. Divsion, esquina con la calle Griggs en bicicleta cuando fue atropellado.
Un hombre por nombre de Roberto, quien no quiso dar su apellido y quien estaba trabajando en un taller cercano, le dijo a El Informador en la escena que al oír el impacto salió y vio al niño, que dijo aparentaba unos 12 años de edad, en el pavimento en medio de la calle.
“Lo recogí en mis brazos y lo acosté en el pasto al lado de la acera”, dijo el hombre. “Quería caminar, pero le dije que no porque sus rodillas y piernas estaban golpeadas”, agregó.
El mecánico dijo que le estuvo hablando al niño mientras llegaba el auxilio porque parecía que se iba a desmayar, y que estaba consciente cuando la ambulancia se lo llevó. También dijo que el conductor se detuvo y esperó a la policía, que llegó en par de minutos después de los bomberos.
“Esta esquina es un peligro porque siempre hay choques”, dijo Cristina Corona, originaria de Obregón, Michoacán, México, quien vive en la calle Griggs y cuyos hijos también asisten a la academia y cruzan la intersección para ir y regresar de la escuela. “El año pasado un carro me pegó en esta misma esquina. Tienen que hacer algo porque hay muchos choques”, agregó.
Grether González, quien vive a unas casas de donde ocurrió el accidente, dijo que no sabe si los accidentes ocurren muy seguidos por las luces, que en veces están en verde, pero que cuando van atravesándolas, los carros que caminan en dirección contraria, continúan por la intersección.
Una mujer, que era pasajera en el auto Dodge Charger que impactó al niño y esperaba que la policía terminara su investigación, se enojó y comenzó a gritar cuando el carro fue confiscado.
La policía interrogó al hombre, Gregory Tyson, de 19 años de edad, en una de varias patrullas en el lugar del accidente, quien luego fue arrestado por manejar bajo la influencia de sustancias ilegales ocasionando lesiones graves y llevado a la cárcel.
“El conductor de la grúa dijo que el carro olía como a marihuana y que por poco se desmayó por su olor”, dijo Tamika Alemán.
