Editorial Por Luis Molina:
Todos en algún momento dado hemos experimentado cierto temor, pero hay niveles de temor que pueden ser tan dañinos, que nos pueden paralizar en nuestra vida cotidiana. Sin duda, uno de ellos hoy día es el ser deportado. Este es uno de los grandes temores de miles de personas.
Hoy día los jóvenes soñadores están viviendo en la incertidumbre y no saben qué pasará en los próximos meses. Sin duda, muchos de ellos viven con tanto temor que, con el tiempo, se puede apoderar de ellos, algo que sería gravemente dañoso para ellos, al grado que les puede afectar su salud.
Sin embargo, la vida está llena de oportunidades. El solo hecho de estar vivos, respirar, hablar, ver un parque de flores, tocar a nuestros seres queridos, son cosas que nos deben de alegrar la vida. Es verdad que quizás las cosas no mejoren en cuestiones migratorias, pero no debemos permitir que esas cosas no roben el gozo de vivir una vida tranquila y sin temor.
La realidad es que, independientemente de lo que pase, debemos de aprender a apreciar las cosas buenas del diario vivir como las ya mencionadas y concentrarnos en el presente, ya que el futuro no lo podemos controlar.
Es verdad que muchos de estos jóvenes lo único que conocen es este país y sería triste que fueran expulsados de aquí de la noche a la mañana, sin embargo, el mundo está lleno de millones de personas y no todas viven en los Estados Unidos y muchas de ellas son personas exitosas y felices en sus países.
Eso nos debe de dar tranquilidad y vivir cada día sin ese temor a ser expulsados del país, sino más bien hacer lo mejor que podamos día a día, a seguir formándonos como mejores personas cada día, a tener buenas relaciones con nuestro prójimo ya que eso nos ayudará a ser exitosos en cualquier parte del mundo donde nos toque vivir en el día de mañana.
De modo que, no permitamos que el temor nos impida de vivir vidas normales y felices. El tema migratorio en este país es algo que siempre va a existir y que será difícil cambiar. Lo que sí podemos cambiar es a nosotros mismos, siendo siempre personas de bien y viviendo vidas tranquilas. Dejemos que las cosas lleguen a su debido momento, pero nunca permitamos que el temor nos paralice nuestras vidas.
Let’s not allow the fear of being deported paralyze us
Editorial by Luis Molina:
Everyone at some point in time has experienced some fear, but there are levels of fear that can be so damaging that they can paralyze us in our daily lives. Undoubtedly, one of them today is being deported. This is one of the great fears of thousands of people.
Today young dreamers are living in uncertainty and do not know what will happen in the coming months. No doubt many of them live with such fear that, over time, it can overtake them, something that would be seriously harmful to them, to the degree that their health can affect them.
However, life is full of opportunities. Just being alive, breathing, talking, going to a park, touching our loved ones; these are things that should make us happy. It is true that perhaps things do not improve on migratory issues, but we should not allow these things not to rob us of the joy of living a quiet and fearless life.
The reality is that no matter what happens, we must learn to appreciate the good things of daily life as mentioned above and focus on the present, since we cannot control the future.
It is true that many of these young people only know this country and it would be sad that they were to be expelled from here overnight, however, the world is full of millions of people and not all live in the United States and many of them are successful and happy people in their countries.
That should give us peace of mind and able to live each day without that fear of being expelled from the country, but rather do the best we can every day, continue to grow as better people every day, to have good relations with our neighbor since that will help us to be successful anywhere in the world where we may live tomorrow.
So, let’s not let fear keep us from living normal, happy lives. The immigration issue in this country is something that will always exist and will be difficult to change. What we can change is ourselves, always being good people and living quiet lives. Let things come to you in due time, but never let fear paralyze our lives.