Debido a la caída en ingresos en el turismo y el envío de remesas, así como las restricciones de viaje y otros obstáculos vinculados a la pandemia aproximadamente unas 130 millones de personas se sumarán a las 135 millones que ya se encuentran en situación de escasez alimentaria grave. Hasta el momento los funcionarios no hicieron un desglose geográfico de la creciente necesidad pero señalaron que es probable que África sea el continente que sufrirá el mayor impacto.
Este no es el momento de recortar recursos destinados a las operaciones de la @WHO ni de ninguna otra organización humanitaria en la lucha contra la #COVID19.
— @AntonioGuterres: https://t.co/EiB65y3iAU pic.twitter.com/6Gx8eoo0CS— Naciones Unidas (@ONU_es) April 19, 2020
Según un medidor de la ONU la situación actual está en la categoría 3 de la escala sobre cinco niveles, señalando «una falta crítica de acceso a víveres y por encima de malnutrición habitual». La categoría 5 se califica como «catástrofe hambruna». Para paliar el panorama negativo se necesitan entre 10.000 y 12.000 millones de dólares para sus programas de asistencia este año, en comparación con el récord 8.300 millones del año pasado.