Por Joel Morales/LANSING, MI
Cientos de personas asistieron a una manifestación en el Capitolio del Estado de Michigan en la ciudad de Lansing, el martes 5 de septiembre en contra de los precios de las rentas, los cuales dicen que son demasiados altos.
Decenas de personas se manifestaron parados sobre los escalones de entrada del capitolio, gritando «La renta es demasiado alta». Los manifestantes presentaron sus demandas como soluciones a la crisis de la vivienda, que dijeron haría un impacto a sus vidas como inquilinos.
Las demandas fueron las siguientes:
1) Levantar el embargo en el control de las rentas.
2) Crear una declaración de derechos.
3) Construir más viviendas.
Dijeron que hace ya 40 años, los organizadores de la vivienda en la ciudad de Detroit pudieron pasar leyes del control de la renta, pero que, en una respuesta racista, la legislatura republicana en ese tiempo socavó la voluntad de la gente de la ciudad y aprobó un embargo a nivel estatal sobre todo cuerpo gubernamental, que los privaron de tener una voz en los precios exorbitantes del alquiler.
Comentaron que, por primera vez en 40 años, el partido demócrata tiene todo el poder para corregir los errores que han impulsado la crisis de vivienda a nivel nacional.
«Promotores corporativos de vivienda dicen que, si hay un control de la renta, no invertirían porque no sería lucrativo para ellos», declaró Sara Huerta-Long, una de las organizadoras de la manifestación. «Esto plantea la pregunta, ¿Por qué estamos construyendo y manteniendo vivienda para renteros, si solo es lucrativo para los arrendadores?, ¿Por qué no construir y mantener viviendas para renteros, para que los renteros pueden tener vivienda?» preguntó entre aplausos y la aprobación de los manifestantes.
Los organizadores dijeron que, con sus demandas, el propósito de ellas era para mejorar las condiciones de vida de los renteros.
Hablamos con los hermanos María, Julián y Jonathan Fournier, de 25, 23 y 23 años respectivamente, residentes de Warren, Michigan y de descendencia puertorriqueña, que se encontraban en la manifestación parados juntos y sosteniendo unos carteles en protesta de los altos precios de la renta.
«Vivimos juntos y pagamos $1,200 por una casa de tres recámaras, pero antes de que pudiéramos entrar en la casa tuvimos que pagar un depósito de $4,000 mil dólares», le dijo María Fournier a El Informador. «Los tres estamos trabajando y con todo eso, apenas estamos sobreviviendo. Si uno de nosotros perdemos un día de trabajo, no alcanzamos a pagar nuestros gastos. Vivimos con temor constante de que, si uno de nosotros perdemos el trabajo, vamos a terminar en la calle», agregó.
