Por Joel Morales
El Informador
GRAND RAPIDS, MI
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Miles de personas aprovecharon la última semana de ArtPrize Nine, la competencia de arte más grande del mundo, para disfrutar del arte en exposición adentro de edificios, negocios, así como en las afueras, en tres millas cuadradas de la ciudad de Grand Rapids.
El viernes, 6 de octubre, El Informador, que fue el único patrocinador de prensa en español del evento de 19 días, recorrió el centro donde pudo ver a niños, jóvenes y adultos, quienes aún no habían visitado la competencia de arte, deleitándose en el ambiente, las obras artísticas como en la compañía de sus amistades, familiares y compañeros de escuela.
En el edificio The B.O.B., un lugar primordial de entretenimiento ubicado en el 20 de la avenida Monroe NW, nos encontramos a Valeria Amaya, quien asistió al evento con un grupo de estudiantes de la escuela intermedia Godwin Heights.
Cerca del “Puente Azul”, Evelyn Meza, de 12 años de edad, Jakhai Vela, también de 12 años y Adis León-García de 13, revisaban las obras de arte a un lado del Grand River.
“Hemos visto mucho arte bonito aquí, en ArtPrize Nine, y he aprendido que el arte es muchas cosas distintas”, dijo León-García.
En el primer piso del hotel Amway Grand Plaza, conocimos a las universitarias Alexandra Featherston, Carrie Wynkoop y Mackenzie Bush de Grand Valley State, que estudiaban la obra “A. Lincoln” del presidente número 16 de Estados Unidos, Abraham Lincoln, compuesta de monedas de un centavo por el artista Richard Schlatter.
“Nuestro profesor de inglés nos dio la tarea de observar una pieza por cinco minutos, luego de escribir por 10 minutos sobre lo que observamos”, dijo Featherston.
Pudimos ver pinturas, dibujos, piezas hechas de alambre, tornillos, obras interactivas, con mensajes religiosos, políticos como también otras con temas sobre la importancia de la diversidad, la inclusión y el amor, entre otros.
Observamos a los visitantes pasar por las obras de arte ojeándolas, pero al encontrarse con la pieza “Fenced In” de la artista Cassandra Burgess de Rocklin, California, de una niña detrás de una cerca de alambre, sus ojos penetrantes y con cara de resignación en representación de las víctimas del tráfico de humanos, la gente se detenía para estudiarla; una obra de arte que cautivó a miles de personas.
A la entrada de la puerta de entrada del YMCA, también pudimos apreciar la exhibición “mY family, MI community” (mi familia mi comunidad) dirigida por Nancy Maiquez, la directora del programa de desarrollo juvenil “Activate” de la institución comunitaria, de 85 tejas pintadas y 22 espejos, representativas de sus familias individuales y de la diversidad.
Durante los previos 17 días de exhibiciones, exposiciones y demostraciones artísticas en la competencia de arte, las calles, edificios, negocios y museos estuvieron llenos de personas, entusiasmados por ver las destrezas artísticas de los participantes.