Por Melisa Utz
Perder el trabajo, una emergencia médica o cambios en los ingresos pueden afectar tu capacidad de pagar la hipoteca. Si esto te pasa, es importante saber que no estás solo y que hay opciones antes de perder tu casa.
Lo primero es no ignorar el problema. Tan pronto como te des cuenta de que no podrás hacer un pago, comunícate con tu prestamista. Muchos bancos tienen programas de ayuda para evitar que llegues a una ejecución hipotecaria.
Algunas posibles soluciones incluyen:
- Forbearance: El banco te permite pausar o reducir los pagos por un tiempo, especialmente si es una situación temporal.
- Modificación del préstamo: Se puede ajustar el interés, el plazo o el monto mensual para hacerlo más accesible.
- Refinanciamiento: Si aún tienes buen crédito, podrías cambiar tu préstamo actual por uno con pagos más bajos.
- Venta de la casa: Si ya no puedes pagar, vender puede ser una mejor opción que dejar que el banco la tome.
- Venta corta (short sale): Si debes más de lo que vale la casa, el banco puede aceptar venderla por menos, evitando una ejecución.
Evita dejar de pagar sin hablar con el banco, ya que esto afecta tu crédito y puede llevar a perder tu casa. Lo más importante es actuar rápido y con asesoría profesional. Hay recursos y opciones para ayudarte a salir adelante.
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