Desiree Figueroa, de 24 años, hija de la presunta asesina sacó los dedos de Ochoa-López del cordón «uno por uno» mientras su madre continuaba estrangulando a la adolescente durante otros cinco minutos. Con Ochoa-López sin mostrar signos de vida, Figueroa, le rasgó el vientre con un cuchillo de carnicero, le sacó la placenta con el bebé y luego lo puso en un balde.
Las dos mujeres pusieron el cuerpo de la adolescente en un bote de basura y Clarissa Figueroa llamó al 911, alegando que su bebé recién nacido no estaba respirando, señalaron los informes policiales.
Cuando el servicio médico llegó al domicilio el niño estaba azul y fueron transportados a un hospital cercano. Actualmente la criatura permanece en estado grave y no se espera a que sobreviva.
Según los investigadores, la mujer al momento de reportar al bebé tenía sangre en la parte superior de su cuerpo pero no es sus pantalones, sin embargo alegaba que acababa de dar a luz.
El juez negó la fianza a la familia Figueroa, que están acusados de asesinato, diciendo que cometieron un «asesinato atroz y brutal» y que representan un peligro «real y presente» para la comunidad. Por otro lado, el novio de Clarisa Figueroa, Piotr Bobak, de 40 años, ha sido acusado de ocultar un homicidio.
Aparentemente Clarisa Figueroa quería criar a otro hijo después de que su hijo adulto muriera por causas naturales. En octubre de 2018, la presunta homicida le dijo a su familia que estaba embarazada y luego publicó en Facebook los resultados de las ecografías y fotos de una habitación decorada para un bebé quien se llamaría “Xander”, escribieron los fiscales en un expediente judicial. Sin embargo, Desiree Figueroa estaba sorprendida porque a su madre le habían atado las trompas de Falopio para prevenir el embarazo.
Los acusados fueron arrestados tres semanas después de la desaparición de la joven embarazada, cuyo cuerpo en descomposición fue descubierto esta semana en un bote de basura en el patio de la casa de Figueroa en el lado sudoeste de la ciudad, a unas 4 millas de la casa de Ochoa-López.
Poco después de asesinar a Ochoa, Clarisa Figueroa inició una campaña de GoFundMe para el funeral de un bebé moribundo, lo que atrajo la atención de la policía que luego realizó pruebas de ADN, y mostraron que Ochoa-López y su esposo, Yiovanni López, eran en realidad los padres del bebé en cuestión.
Recientemente se informó que el bebé de Marlen Ochoa será llamado Yavani Yadiel López, y la familia expresó profunda tristeza y desconcierto por la trágica muerte de la joven hispana.
«Le suplicamos a Dios que nos dé a nuestro hijo porque es una bendición que mi esposa nos dejó», dijo Yiovanni López a las afueras de la morgue donde estaba el cuerpo de su esposa.