Washington, 3 jul (ELINFORMADORUSA/EFE News).-
La frialdad que marcó la relación entre Donald Trump y su primer homólogo mexicano, Enrique Peña Nieto, ha dado paso a una curiosa sintonía con el actual mandatario, Andrés Manuel López Obrador, por el que el presidente de EE.UU. siente una «afinidad natural» que se pondrá a prueba al reunirse en persona.
«Creo que me irá mejor con él que con el capitalista», dijo Trump durante un mitin en Virginia Occidental en agosto de 2018, refiriéndose al entonces presidente electo de México, el izquierdista López Obrador, y al que todavía era mandatario en ejercicio, Peña Nieto.
Los casi dos años que Trump compartió con Peña Nieto fueron un vaivén constante de tensión, intentos de acercamiento y planes de reunión cancelados; una dinámica que ha contrastado con la ausencia casi total de choques en el año y medio de Gobierno de López Obrador, que visitará la Casa Blanca la semana que viene.
TRUMP EN EL ESPEJO DE LÓPEZ OBRADOR
Al presidente estadounidense no solo le cae bien López Obrador, sino que se ve reflejado en él: se rumorea que incluso antes de las elecciones mexicanas de 2018, ya se refería al que ahora es su homólogo como «Juan Trump».
«El aprecio de Trump por López Obrador parece surgir de su sensación de que es como él: no un político de la vieja escuela, sino un nuevo líder populista, respaldado por gente a la que los políticos habían ignorado», dijo a Efe una experta en la relación bilateral en la Universidad del Sur de California, Pamela Starr.
«Esta afinidad natural que Trump siente por AMLO (sigla con la que se conoce popularmente a López Obrador) claramente no la sentía por Peña Nieto», añadió Starr.
Aunque dirigió «montones de críticas a Peña Nieto, Trump nunca ha criticado» en público a López Obrador, y según la profesora, eso tiene mucho que ver con el hecho de que su actual homólogo se ha plegado a varias prioridades migratorias de EE.UU. y nunca ha reaccionado a los exabruptos del estadounidense, como sí hacía su predecesor.
«(López Obrador) ha estado dispuesto a enviar 10.000 tropas de la Guardia Nacional para evitar que los centroamericanos migraran a través de México hacia EE.UU. Para AMLO, eso ha sido un precio pequeño que pagar a cambio de sacar adelante su agenda política doméstica sin que Estados Unidos interfiriera», explicó Starr.
UNA RELACIÓN POLÍTICAMENTE ÚTIL
Michael Shifter, el presidente del centro de estudios Diálogo Interamericano, describe como «acomodaticia» esa postura de López Obrador: «Su regla cardinal a la hora de lidiar con Trump es evitar cualquier conflicto, mantenerle contento y mantener a raya a EE.UU.»
«La gran sorpresa en la relación entre Trump (un presidente conservador) y López Obrador, al que a menudo se le describe como izquierdista, es que prácticamente ha estado exenta de tensión. Es un contraste muy fuerte con la relación de Trump con Peña Nieto, que combatía mucho más la agenda de Trump», resumió Shifter para Efe.
Para Shannon O’Neil, especialista en México en la organización Consejo de Relaciones Exteriores, Trump y López Obrador «han sido útiles políticamente el uno para el otro», y aunque hasta ahora no se han reunido en persona, es improbable que esa cita «cambie» la dinámica en su relación.
TRUMP Y PEÑA NIETO, ROCES CONSTANTES
En el caso de Peña Nieto, la dinámica empezó con mal pie incluso antes de que Trump llegara al poder: en agosto de 2016, el presidente de México aceptó una visita sorpresa del entonces candidato republicano, que durante su campaña había llamado «criminales» y «violadores» a los inmigrantes mexicanos.
Pero solo un día después de esa reunión, en la que Peña Nieto evitó a toda costa que Trump repitiera su famosa frase de que México pagaría por el muro en la frontera, el magnate dijo en Arizona que el país vecino asumiría el 100 % del costo de ese proyecto, «aunque todavía no lo saben».
El muro abrió una barrera insalvable entre los dos: Trump no llevaba ni una semana en el poder cuando Peña Nieto canceló su plan de visitar la Casa Blanca por ese motivo, y el expresidente mexicano nunca llegó a reunirse con el estadounidense en Washington; siempre lo hizo en terceros países, en el marco de citas multilaterales.
TRUMP Y LÓPEZ OBRADOR, POLÉMICO PRAGMATISMO
Las aguas han estado mucho más en calma para Trump y López Obrador, que ha retrasado más de un año y medio su primer viaje al extranjero y ha postergado por tanto el primer encuentro con el mandatario estadounidense.
Para Trump, que se nutre de elogios y no tolera las críticas, parece ser especialmente importante el hecho de que López Obrador nunca le haya reprendido tan duramente como Peña Nieto, que en abril de 2018 llegó a publicar un vídeo en Twitter en el que espetó al estadounidense que no pagara sus frustraciones con los mexicanos.
Aunque a López Obrador le han llovido las críticas por su estilo apaciguador, el mexicano parece compartir la conclusión pragmática -y polémica- a la que han llegado otros líderes árabes y europeos en los últimos tres años: la alabanza es la herramienta más eficaz para lidiar con Trump.