Por Abogado Roberto Alvarez y Avanti Law Group
El propósito de Un Día Sin Inmigrantes es resaltar el poder económico y las contribuciones esenciales de la comunidad inmigrante y sus aliados. Es una declaración en contra de las políticas de esta administración, demostrando cuán fundamentales son los inmigrantes para la prosperidad de los Estados Unidos. Sin embargo, la participación no tiene que verse igual para todos. Mientras algunos tienen el privilegio de ausentarse del trabajo o la escuela para mostrar solidaridad, muchos otros simplemente no pueden permitírselo. Lo mismo ocurre con los negocios—especialmente los pequeños—que se oponen a estas políticas, pero que pueden no tener la flexibilidad financiera para cerrar, ya sea por su propia supervivencia o por el bienestar de sus empleados.
No debemos juzgar ni criticar a los pequeños negocios que deciden permanecer abiertos. Muchos de ellos nos apoyan día tras día, no solo en una ocasión simbólica. En cambio, enfoquemos nuestra frustración en las grandes corporaciones que sí podrían cerrar, pero que prefieren seguir acomodándose y permitiendo que esta administración continúe su guerra contra los inmigrantes.
Pero, ¿por qué esta protesta debería durar solo 24 horas? Nuestra comunidad enfrentará las políticas de esta administración durante cuatro largos años. En lugar de hacer una declaración de un solo día, comprometámonos con una acción económica a largo plazo. Cambiemos nuestros hábitos de consumo y apoyemos de manera constante a los negocios que siempre han estado con nosotros—los negocios locales de dueños latinos e hispanos, así como a otros aliados genuinos. En lugar de seguir dando nuestro dinero a las grandes cadenas que nos dan la espalda cuando más lo necesitamos, invirtamos en quienes realmente apoyan a nuestra comunidad.
Hoy, mañana y durante los próximos cuatro años.
The purpose of A Day Without an Immigrant is to highlight the economic power and essential contributions of the immigrant community and its allies. It’s a statement against the policies of this administration, demonstrating just how vital immigrants are to the prosperity of the United States. However, participation doesn’t have to look the same for everyone. While some have the privilege of taking the day off from work or school to show solidarity, many others simply cannot afford to do so. The same goes for businesses—especially small ones—that oppose these policies but may not have the financial flexibility to shut down, whether for their own survival or for the benefit of their employees.
We should not judge or criticize small businesses that chose to remain open. Many of them stand with us every single day, not just on one symbolic occasion. Instead, let’s direct our frustration toward large corporations that could afford to close but instead continue to accommodate and enable an administration waging a War on Immigrants.
But why should this protest last only 24 hours? Our community will be dealing with this administration’s policies for four long years. Rather than making a one-day statement, let’s commit to long-term economic action. Let’s shift our spending habits and consistently support businesses that have always stood with us—local Latino and Hispanic-owned businesses, as well as others that are true allies. Instead of giving our money to big-box stores that turn their backs on us when it matters most, let’s invest in those who truly support our community.
Today, tomorrow and for the next four years.