Opinión por Héctor Loya
No es la primera vez que un sector del radicalismo norteamericano amenaza a México con repatriar a miles de paisanos a su nación de origen, aún cuando el estatus migratorio de muchos de ellos esté en un momento de definición satisfactoria.
Esta nueva advertencia, avalada por la Suprema Corte de Estados Unidos, puede generar una crisis diplomática que afectaría a millones de mexicanos que han creado raíces y generaciones por décadas, pero que por distintos motivos, jamás lograron un papel que avale su legal estancia en esa nación.
Es posible que sus descendientes tengan en estos momentos la condición de ciudadanía, por la ley natural de nacimiento, pero fuera de ahí, la inmensa mayoría carece de una legal estancia que los obligaría, de concretarse la ley anti inmigrante, a abandonar Estados Unidos y regresar a México.
Y es que con la normativa conocida como SB4, autoriza a la policía local y estatal de Texas a arrestar y procesar a quienes sean sospechosos de cruzar ilegalmente la frontera desde México. Esta ley antiinmigrante forma parte de una serie de medidas para contener el flujo migratorio no autorizado.
Apenas el martes pasado, la Corte Suprema de Estados Unidos autorizó el proyecto de Ley Senatorial SB4, que convierte la entrada no autorizada a Texas en un delito estatal que puede ir de los 18 días de arresto, a los 20 años de prisión.
Este proyecto de Ley Senatorial es una legislación texana que endurece las medidas en contra de los migrantes y penaliza los ingresos ilegales en ese estado norteamericano y los convierte en un delito estatal y, al ser un delito, le permite a las policías detener y deportar migrantes.
La reacción de la cancillería mexicana era la esperada, pero no se conoce, hasta el momento, una posible solución, salvo que los resultados de una larga mesa de negociaciones genere una pausa a la considerada ley anti inmigrante xenófoba y discriminatoria.
Hay millones de mexicanos en todo Estados Unidos, y es California el estado con más connacionales, más de un millón de mexicanos viven en Los Ángeles, esto sin contar a los demás hispanos, seguido por otras entidades como Texas, Nuevo México y Arizona. Siete de cada diez trabajadores agrícolas en Estados Unidos son paisanos y tan solo en 2023, los migrantes mexicanos en la unión americana enviaron a su país de origen remesas por 63 mil millones de dólares.
Entonces, cuando se habla de leyes antiinmigrantes, que amenazan con deportar a miles de connacionales, es evidente que se trata de politicas donde la discriminación y la xenofobia podrían separar a muchísimas familias que tienen su vida del otro lado del charco.