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Cada vez es más común que veamos en las noticias casos de madres que asesinan o incluso torturan a sus maridos o parejas sentimentales por el hecho de haber abusado sexualmente de sus hijas.
Y este es un tema de polémica y de debate entre la comunidad ya que algunos se encuentran a favor y otros en contra de estas acciones. Una opinión muy dividida entre los que aplauden el hecho y los que lo reprueban.
Sin embargo, la situación y la circunstancia será desconocida para nosotros ya que no estamos en los mismos zapatos y el dar una opinión al respecto puede generar un sinfín de críticas y desacuerdos al respecto.
Sin embargo, sabemos claramente que una situación de este tipo solo va a desencadenar una condena para la madre ya que al tomar justicia por sus propias manos la estará condenando a la cárcel.
Y la cosa va mas allá ya que el trauma psicológico de las hijas será más grande y una consecuencia del abuso y del asesinato que se ha cometido.
Como medio de comunicación sabemos que la única respuesta a este problema es y será siempre la prevención, este tipo de actos tan grotescos se pueden evitar con la atención y cuidado de las madres.
Y con esto no queremos decir que le estamos echando la culpa a las madres, pero sí es claro que deben estar alertas a cualquier tipo de conducta sospechosa que pudiera detonar y desencadenar en el abuso de una menor o adolecente.
La respuesta a esto es a no confiarse y a no bajar la guardia en ningún momento, tampoco a confiar en nadie ya que un abusador puede estar incluso entre el mismo padre de las niñas.
Entendemos el dolor de una madre que se entera del abuso de su hoja y las razones que las han llevado a cometer homicida, sin embargo, el que se asesine a un abusador nada remediará porque el mal ya se hizo y fue algo que se pudo haber evitado con estar alerta y prestar atención de las señales.
