Opinión Por Luis Molina
El 28 de agosto de 1963, Martin Luther King, hijo —defensor estadounidense de los derechos civiles—, en su más famoso discurso, pronuncio estas palabras: “TENGO un sueño.” Y no solo repitió estas palabras una vez, sino que fue una frase que expresó varias veces para expresar su esperanza de que algún día la gente se viera libre de los prejuicios raciales. Aunque su público se encontraba en Estados Unidos, personas de todo el mundo han hecho suya la esencia de ese sueño.
A solo meses de que el pronunció esas palabras, más de cien países adoptaron la Declaración de las Naciones Unidas sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación Racial, y en las décadas posteriores se implementaron otras iniciativas a través del mundo a fin de erradicar el prejuicio racial. Hoy día nos preguntamos: ¿cuál ha sido el resultado de tan loables esfuerzos?
Pues no más basta mirar a nuestro alrededor y ver la triste realidad de lo que estamos viviendo y últimamente con los cambios de gobierno las cosas van de mal en peor pues el odio y el prejuicio racial se ve por todas partes.
Es verdad que se han implementado muchos tratados e instrumentos valiosos, además de un marco mundial amplio, para prevenir y erradicar el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y otras formas conexas de intolerancia. No obstante, el racismo le sigue causando sufrimientos a millones de personas en todo el mundo.
Cabe destacar que para poder poder eliminar el prejuicio racial y la discriminación se tiene que erradicar el problema de raíz, se tienen que transformar nuestros pensamientos y sentimientos hacia nuestro semejante y más aun cuando vemos a personas de otras nacionalidades que no son las de nosotros.
De tal manera que cada vez que vemos a otra persona que no es de nuestra nacionalidad, debemos de esforzarnos a verla con lo que realmente es un ser humano igual que nosotros sin importar su nacionalidad, posición o color.
Es verdad que un medio puede escribir su editorial y opinar de x persona, gobierno, raza, etc., pero el problema más grande es que nosotros mismo debemos de empezar a ver a nuestro prójimo por igual y queramos o no, en todos hay una pizca de prejuicio racial, algo que debemos de erradicar por completo de nuestros corazones.
