Editorial por Luis Molina
La violencia y las armas, sabemos que son un problema mundial, y en EEUU se han combinado estas dos en la educación. Este problema de antemano sé que no es nada nuevo, sin embargo siempre que sucede un incidente o una tragedia es algo que lamentamos pero que al final del día no hacemos nada para remediar.
Esta semana un niño de 13 años fue baleado en la cara a las afueras de la Escuela Secundaria Alger, un incidente que para fortuna de todos no resultó en la muerte del alumno, sin embargo es otro claro aviso de que las cosas están fuera de control con las armas.
Grand Rapids es una ciudad muy hermosa y próspera, pero marcada con la violencia, muchas personas portan armas o tienen armas en su casa cargadas, y lo peor al alcance de los hijos.
Cuando un estudiante le dispara a otro, lo primero que hacemos es buscar culpables, nos enojamos con los niños, con los maestros, con las autoridades, sin ver que el problema viene desde el hogar.
Conozco muchos programas escolares de prevención de la violencia, sin embargo y lamentablemente estos no logran el objetivo, y esto es porque en algunas de las familias actuales se han perdido los valores, pero ¿A qué ha contribuido?, ¿Se ha fijado con que se entretienen sus hijos?, ¿Qué tipo de videojuegos tienen? Muchos de los videojuegos contienen drogas, violencia extrema, uso de armas y mucha sangre, así que si nosotros los padres no checamos su entretenimiento, recuerde esto que no porque es entretenimiento quiere decir que es bueno. pues aunque sea diversión no toda es buena.
La primera escuela, debemos de recordar, es el hogar, en el seno familiar se siembran los valores, se educa con amor, se guía a los hijos para que hagan el bien, pero es lo contrario, es donde muchos jóvenes y niños aprenden a veces lo malo en vez de lo bueno, y en algunos casos viven rodeados de armas y drogas.
Se que uno no es nadie para juzgar, pero los conceptos familiares han perdido tanto valor en los últimos tiempos, y se está viviendo una decadencia lamentable de valores donde ya no hay respeto por la vida.
Acontecimientos como el tiroteo de esta escuela son un recordatorio más de que como padres no debemos bajar la guardia, ya que si lo hacemos estaremos fallando como padres y dejando que la violencia nos arrebate a nuestros queridos hijos.