Por: Miguel Ángel/El Informador
Wyoming, MI (ELINF).- El fútbol americano colegial en los Estados Unidos representa uno de los grandes pasos obligados en la escalada al éxito deportivo de la disciplina en ese país, previo a la NFL: el sueño de cualquier jugador.
Era septiembre de 2012, en la última jugada de la primera mitad del partido colegial entre Tulsa y Tulane, el safety Devon Walker de la Universidad de Tulane, cayó al césped después de un fuerte choque con un compañero de equipo, dos ambulancias entraron al terreno de juego, el diagnóstico determinó lesión en la médula espinal del jugador, inmediatamente llevaron a Walker al hospital St. Francis, acompañado del Director de Medicina Deportiva de la Universidad de Tulane, el doctor Greg Stewart. Luego de una cirugía de tres horas para estabilizarle la espina dorsal y esperar la recuperación de rigor, se dio la fatal noticia, ¡Devon Walker no volvería a caminar!. Había quedado paralizado del cuello hacia abajo. Imagínese, si a cualquier edad esta noticia es terrible, a los 23 años y siendo un atleta con muchas oportunidades por delante, es doblemente dolorosa. A veces los sueños son caprichosos y se rompen en un segundo.
Han pasado casi 7 años de aquella terrible mañana de sábado. Hoy Devon Walker avanza en silla de ruedas y con un respirador artificial, todo es distinto a cuando se desplazaba con velocidad en el emparrillado colegial, sin embargo, sus deseos de seguir adelante en la vida, lo llevaron a iniciar una muy dura rehabilitación y aprender a vivir de un modo diferente. Hace una semana, y horas después de su ceremonia de graduación en Nueva Orleans, en la cual el exjugador colegial concluyó la licenciatura de biología molecular, Curtis Johnson el entrenador en jefe de la Universidad de Tulane paso a la casa de Walker y le dijo que lo invitaba a comer para celebrar, sólo que previo se detendrían un momento en las instalaciones de los “Santos” de Nueva Orleans el equipo en el cual siempre soñó jugar como profesional. La sorpresa sería para todos, cuando Sean Payton el entrenador en jefe de los “Santos” de Nueva Orleans vio entrar a Walker, lo llamó al campo de práctica, Davon llegó hasta el coach quién se encontraba en medio de varios reporteros a quienes les dijo que en los “Santos” de Nueva Orleans tenían lugares disponibles para la próxima temporada y que por eso ¡habían decidido firmar a Devon Walker!. El sueño de un jugador colegial se había hecho realidad, lo había firmado un equipo profesional de fútbol americano; el motivo para Payton es muy claro, se le contrato por ser una fuente de inspiración para sus entrenadores y compañeros en Tulane y para todo el equipo de los Santos. La personalidad de Devon Walker su carácter, determinación y ética de trabajo para salir adelante, es lo que el equipo busca en sus jugadores.
Hace unos años Devon Walker recibió el Disney Spirit Awardel reconocimiento que cada año entrega Disney Sports a la figura más inspiradora del fútbol americano colegial; el mismo que ahora contrato en mano, tiene ilusiones y empezará una vida diferente. La vida lo llevó a lo más oscuro, pero ahora le devuelve un poco de claridad. Hay que aplaudir este gesto a los “Santos” de Nueva Orleans, muchas veces, la grandeza de un equipo no necesariamente radica en los campeonatos ganados o en las estrellas que juegan en el emparrillado y que defienden su camiseta, muchas veces un pequeño detalle hace a un equipo grande e inolvidable. Nos leemos la próxima y recuerden: “Solo tendrás éxito si crees que puedes tenerlo”
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