Con tantos cambios de inmigración, demandas y cierres de oficinas debido al virus de COVID-19 en los últimos seis meses, el año 2020 ha sido uno de los años más difíciles para la inmigración en la historia. Se ha vuelto extremadamente difícil mantenerse al tanto de las reglas de inmigración actuales y los cambios en las políticas que el enfoque del gobierno para evaluar las aplicaciones y otros procesos es simplemente negarlas o posponer indefinidamente las decisiones y entrevistas. Sin una idea de cuánto tiempo tomará una vacuna para el Covid-19, es probable que esto empeore. A esta incertidumbre gubernamental se suma las elecciones a la vuelta de la esquina y la oportunidad del presidente Trump de poder seleccionar un nuevo juez de la Corte Suprema.
Entonces, ¿qué debe hacer un solicitante o familiar al lidiar con estos tiempos difíciles y todos estos cambios? La respuesta correcta no es la respuesta más deseada. Básicamente, todo lo que un inmigrante puede hacer es ser paciente. Hemos tenido innumerables clientes (prácticamente todos) muy frustrados por los aparentes retrasos interminables, cierres de oficinas, cambios en sus procesos y el próximo e histórico aumento de tarifas que se producirá en menos de un mes.
Desafortunadamente no hay nada que nadie pueda hacer para mejorar la situación o para apresurar cualquier proceso. Mi consejo a estos clientes es aceptar la realidad de la situación y tratar de no dejar que consuma su vida. No hay nada que ganar al enfardarse con el gobierno o su representante legal cuando la razón de la mayoría de los problemas y retrasos se debe a Covid-19. No estoy sugiriendo que el gobierno no merezca un poco de culpa, pero muchos de los agentes, oficiales, trabajadores, jueces, secretarios y administradores están también tratando de hacer frente a los problemas que causo el COVID -19 en nuestras vidas.
Es importante recordar que el sistema de inmigración se vio afectado de la misma manera que todas las empresas, empleadores y oficinas gubernamentales. Al aceptar el hecho de que todos los procesos se retrasarán, se aplazarán o se cancelarán durante al menos los próximos 9 -12 meses disminuirá el “shock” cuando realmente suceda.
Tenemos la suerte de que la mayoría de las solicitudes de inmigración hechas al Departamento de Seguridad Nacional (por sus siglas en inglés, USCIS) todavía se están procesando y las embajadas en todo el mundo están empezando a abrirse de nuevo (aunque volver a la normalidad todavía tomará algún tiempo). Prácticamente todas las embajadas de EE.UU. en el mundo con la que tratamos normalmente sólo están abiertas para «servicios de emergencia» (como entrevistas para personas con problemas legales específicos), pero ya están empezando a programar entrevistas normales. Así como las diferentes oficinas de USCIS en los Estados Unidos deben seguir la ley estatal de la ubicación de su oficina, cada embajada debe seguir las leyes locales para los países en los que se encuentran dentro.
Además de los Estados Unidos, la mayoría de los países en el mundo han tenido muchas restricciones relacionados con la pandemia y, por lo tanto, las oficinas en estos países son mucho más inciertas acerca de la apertura de las embajadas. Incluso si la embajada está lista para iniciar entrevistas, el país anfitrión podría no permitir entrevistas en persona hasta que sus gobiernos descubran cómo manejar la pandemia.
En sus esfuerzos en curso para detener la propagación de Covid-19, USCIS anunció el 22 de septiembre que estarían proporcionando servicios de interpretación gratuita en 47 idiomas diferentes a los solicitantes de asilo afirmativo en sus entrevistas a partir del 23 de septiembre del 2020 y hasta el 22 de marzo de 2021. Esto es además de los otros protocolos que ya existen. Si una vacuna no está ampliamente disponible antes del 22 de marzo, es probable que USCIS extienda este servicio.
Lee L. Marvin es un abogado especializado en asuntos de inmigración y casos criminales.
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