Editorial por Héctor Loya
Sé que mucho se habló en la semana sobre la decisión de la corte Suprema de Michigan al eliminar los poderes de emergencia de la gobernadora y todas sus órdenes ejecutivas, pero el día jueves, y para colmo de males, intentaron secuestrar a Whitmer como si fuera poco lo que ya estaba pasando en días anteriores.
En mi muy particular punto de vista y opinión esta fue la cereza al pastel ya que simplemente se trata de sucias y asquerosas artimañas para intimidar y desestabilizar a alguien que solo quiere trabajar por el bien de su pueblo.
Primero que nada el dinero gastado en las demandas contra Whitmer fue de manera innecesaria, por no decir a lo ‘bruto’, el dinero del pueblo que utilizaron los republicanos para pagar a los abogados sinceramente fue una tontería.
Hasta cierto punto entiendo el coraje y frustración de los republicanos al no ser tomados en cuenta. Pero cualquier decisión que hubiera hecho la gobernadora, se hubieran quejado y hecho su berrinche.
Ahora con lo del secuestro esto ya es un descaro grandísimo, anteriormente ya la habían amenazado pero ahora esto fue más serio.
Qué bueno que la gobernadora habló al respecto y que bueno que se defienda de las malas intenciones de gente sin cordura ni mayor beneficio por hacer.
Sus palabras fueron impactantes: “No voy a permitir este tipo de violencia” y por esto aplaudo su valentía y su ferocidad, porque es una persona que desde el principio supo que no la tendría fácil, que sabía que dirigir a su pueblo no sería una labor de un día y que además ha sabido enfrentar con sabiduría una pandemia mundial que ha cobrado la vida de miles de personas en todo el mundo.
Hoy hablo en este editorial con sentimiento y un sabor amargo en la boca al ver como los grupos de conflictos y la supremacía de algunos pisotean las buenas intenciones de otros. ¡Hoy por hoy le aplaudo señora gobernadora!
