El Paso (EFE)
Los alarmantes bajos niveles del suministro de oxígeno medicinal para atender a los pacientes de covid-19 se han convertido en otro de los grandes dolores de cabeza de las autoridades sanitarias a nivel nacional, que presionan para poder mantener el abastecimiento de este gas en los hospitales.
Esta escasez ha obligado, en los casos más extremos, a racionar el consumo de este cada día bien más preciado, tal y como ocurrió en el condado de Los Ángeles, donde su Agencia de Servicios Médicos de Emergencia (EMS, en inglés) informó la pasada semana que sólo podía administrar oxígeno suplementario a pacientes con una saturación menor del 90 % para asegurar el abasto en las próximas semanas.
La situación en Los Ángeles es solo la punta del iceberg, y los problemas de suministro de oxígeno se han ido repitiendo en todo el país. «Caos» es la palabra que usa Esteban Trejo, gerente de SYOXSA, una empresa familiar proveedora de gases, soldadura y productos de seguridad ubicada en El Paso, ciudad al oeste de Texas que hace algunos meses llegó a ser declarada el epicentro del coronavirus en Estados Unidos.
DESBORDADOS
Este hispano explica a Efe que llegó un momento en que «todos necesitaban algo a la misma vez», lo que puso en tensión su capacidad de entregar sus pedidos de oxígeno y les obligó a trabajar los fines de semana y durante la noche hasta que lograron «satisfacer la necesidad de los clientes». Trejo reconoce que no estaban preparados para la avalancha de pedidos de oxígeno que recibieron, algunos llegados desde puntos muy alejados de su habitual red de clientes.
Todo comenzó a empeorar al empezar a llegar a los hospitales cientos de personas con covid-19 con serias dificultades de respirar y que se calcula se contagiaron durante la celebración de Acción de Gracias. Patricia Madera, Supervisora de la empresa CalOx Inc, proveedora de oxigeno para el Hospital General de Los Ángeles y el Olive View-UCLA Medical Center, del área de San Fernando, en California, afirma que la demanda se elevó cerca de un «50 %».
«Fue difícil» atender las necesidades del mercado, reconoce Madera sobre la situación vivida aquellos días, que se han visto agravada por el endurecimiento de las condiciones climáticas en muchas zonas del país. Con la llegada del duro invierno algunos centros médicos con equipos más antiguos han visto congeladas sus tuberías, válvulas y vaporizadores, y todo sumado al problema de la falta de suficientes concentradores de oxígeno y tanques portátiles. La oxigenoterapia no solamente es importante en los hospitales, sino que algunos pacientes con condiciones médicas preexistentes están siendo enviados a casa con tanques de oxígeno para poder liberar camas para personas que viven momentos más críticos.
SIN TANQUES
En el sur de California, particularmente afectado por la nueva ola de covid-19, los tanques y concentradores de oxígeno portátiles están permitiendo a los hospitales dar de alta a los pacientes que están estables. «A los pacientes sólo les damos un tanque para que lo usen cuando les dan de alta del hospital a la casa», aunque hay algunos que piden más, aunque no pueden, apunta Madera, porque su propia empresa también ha experimentado problemas para conseguir los cilindros.
SYOXSA, al igual que toda la industria de los gases en Estados Unidos, la Welding Distributors Cooperative (IWDC), trabajan intensamente para reducir los tiempos de respuesta a los solicitantes del servicio. En el caso de la empresa de Trejo, que apoya en el Hospital Móvil del Centro de Convenciones de El Paso, desarrollaron técnicas de llenado de tanques en lugares no adaptados para realizar ese trabajo, ya que múltiples hospitales han tenido que expandirse a estacionamientos, bodegas y centros de convenciones para poder brindar una cama y atender al creciente número de enfermos.
Pero Trejo dice con orgullo que su contribución a la comunidad les ha llevado a ayudar también a otros centros médicos, como los hospitales de las localidades de Van Horn y de Lubbock, este último a cerca de 350 millas de distancia de El Paso. El latino dice que, aunque esta crisis le está generando mayores ingresos, espera que a medida que las vacunas vayan llegando a cada rincón de los Estados Unidos, se reduzcan los casos de coronavirus y las necesidades de oxígeno vayan disminuyendo. «Espero que el número de casos siga bajando, vemos las noticias de que viene una mutación del virus. Nadie sabe lo que va a pasar con las familias que se reunieron en Navidad y Año Nuevo, que pueden otra vez levantar los casos, pero estamos para asegurarnos que esto vaya mejorando», indica Trejo.
Por él y sus once empleados no será, aunque tengan que volver a trabajar fines de semana y de noche para poder dar oxígeno, real y metafóricamente hablando, a los hospitales.