Por María Erazo
Hemos escuchado muchas veces la frase “tus acciones hablan más fuerte que tus palabras.” Este es un dicho muy conocido del que debemos tener en cuenta y fijarnos de cómo esto sucede o no en nuestras vidas. Si tus acciones están inspirando a otros a ser mejor personas, a soñar en grande, a no rendirse y a alcanzar sus metas, entonces eres un líder.
Ser un líder no es un título, es una acción. Ser líder no está determinado por tu posición en el trabajo o tus títulos universitarios; líder es aquella persona que todos siguen y respetan. Toma un tiempo para reflexionar acerca de las acciones que día a día estás tomando y cómo estas afectan a otros de manera positiva o negativa.
Un líder no le dice a los demás que es un líder. Simplemente las personas lo consideran un líder por cómo él o ella impacta sus vidas. El título que nos ponemos o las palabras que usamos para categorizarnos como líderes no es la razón por la que los demás nos respetarán. No se trata de palabras, sino de acciones. Un líder no es el de la voz más alta o el de más años de experiencia.
Líder es aquella persona que toma la iniciativa, que vela por el bienestar de los demás, que sabe obtener lo mejor de cada uno de los integrantes de un equipo para crear cosas más grandes.
Si estás en una posición donde diriges a otras personas, prepárate cada día para ser mejor que ayer. Usa esa posición para inspirar a otros. No creas que eres líder solo porque tienes un cargo más alto, más bien crea lideres dentro del grupo que estás dirigiendo.