Editorial por Héctor Loya
La gobernadora Whitmer y su equipo de salud dieron un gran paso para combatir uno de los peores males que se encuentra abatiendo y destruyendo la vida de cientos y miles de jóvenes, adultos y habitantes en general de Michigan.
Se trata de la drogadicción una enfermedad y un trastorno social que poco a poco ha ido ganando terreno entre la población del estado, que aún se encuentra lidiando contra los estragos de la pandemia.
El gobierno estatal va a invertir la suma de 80 millones de dólares para crear programas de prevención y atención de las adicciones, programas que pretenden evitar en primera manera y corregir en segunda una enfermedad que es terrible y que destruye vidas, familias y futuros enteros.
En lo particular me da tanta tristeza ver en la calle a hombres con su vida totalmente consumida y destruida por las drogas, hombres que perdieron a su esposa, hijos y demás por la adicción, incluso jóvenes que apenas empiezan con su vida y ya la están echando a perder por consumir sustancias adictivas.
Además de esto, el riesgo físico es inminente ya que al no medir bien una dosis aplicada de la manera incorrecta, la persona en cuestión podría perder la vida por una sobredosis. Muchos han quedado hospitalizados he incluso discapacitados, con funciones motoras atrofiadas a causa del daño celular y cerebral que esto trae.
En fin, esperemos que esta inversión y la creación de estos programas sean la respuesta a este mal y tengan el impacto suficiente para que la sociedad cambie de pensamiento, de ser así se evitará el sufrimiento de jóvenes, madres, hermanos, y demás miembros de la comunidad que tienen que lidiar con esta enfermedad y la de sus seres queridos.