Washington, 3 jul (ELINFORMADORUSA/EFE News).-
EE.UU. se preparaba este viernes para celebrar mañana su Día de la Independencia entre dilema de que los ciudadanos no desoigan las recomendaciones sanitarias para evitar más casos de la COVID-19 y de mantener la tradición de conmemorar esta fecha con vistosos espectáculos de pirotecnia.
La pandemia no ha dado tregua y las autoridades han advertido sobre una escalada de los contagios en estados como Arizona, Florida y Texas, entre otros, lo que llevó el jueves a un romper el récord diario nacional con 54.437 nuevos casos.
Según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins, Estados Unidos acumula 2,7 millones de contagiados y 129.114 muertos, y se mantiene desde hace ya varias semanas al frente de las estadísticas mundiales.
En Arizona, el Departamento de Servicios de Salud informó de 4.433 nuevos casos el viernes, con lo que suman 91.858 personas enfermas y 1.788 fallecidas en ese estado.
El condado de Dallas, en Texas -donde se ha ordenado el uso obligatorio de tapabocas en públicos en los lugares donde se haya registrado más de 20 casos positivos-, reportó 1.085 nuevos infectados el viernes.
PIROTECNIA Y AVIONES
El presidente estadounidense, Donald Trump, abrirá este viernes la celebración de la Independencia con una visita al Monte Rushmore, famoso por los rostros de cuatro exmandatarios tallados sobre la montaña, donde habrá una exhibición de fuegos artificiales.
«Trabajamos juntos para traer de vuelta un evento espectacular para Dakota del Sur. ¡Primera vez fuegos artificiales en el Monte Rushmore en más de una década», escribió en su cuenta de Twitter el secretario del Interior, David Bernhardt.
Trump, en plena campaña para las elecciones de noviembre próximo, había anticipado el jueves que en Rushmore tendrá lugar «una noche tremenda» y ratificó su amenaza de cárcel contra quienes vandalicen estatuas o monumentos.
«Nadie va a romper el sueño americano: ni los anarquistas, ni los agitadores, ni los tontos», señaló.
Los festejos de Trump continuarán el sábado en Washington DC, donde se ha programado la segunda edición del «Saludo a América», en el que se espera intervenga el gobernante.
El evento tendrá lugar en el Jardín Sur de la Casa Blanca y el parque el Ellipse, próximo a la residencia presidencial.
Esta vez habrá un espectáculo con más de 10.000 fuegos artificiales durante unos 37 minutos y el sobrevuelo de los escuadrones acrobáticos «Thunderbirds» (Pájaros de Trueno, en español) y «Blue Angels» (Ángeles Azules).
Los sobrevuelos también se replicarán en Boston, Nueva York y Baltimore, según han anticipado medios locales.
ALCALDESA PREOCUPADA
La alcaldesa de Washington DC, Muriel Bowser, ha pedido a los habitantes de la capital mantengan el distanciamiento social y usen un cobertor en el rostro.
«Este año les pedimos que celebren en casa o cerca de casa. La COVID-19 todavía está en nuestra ciudad, región y nación», señaló en un mensaje Bowser, quien apuntó: «habrá más 4 de julio y más días festivos para celebrar, pero solo tenemos una oportunidad de responder a esta pandemia».
Los organizadores del evento presidencial han anticipado que habrán unos 300.000 cobertores faciales de tela a disposición de quienes deseen acudir al National Mall, una explanada en el centro capitalino rodeada de parques y monumentos.
Para mañana se espera igualmente una marcha por la muerte, el pasado 25 de mayo, de George Floyd, tras un operativo policial, la cual recorrerá desde tempranas horas lugares próximos al evento presidencial, reveló la prensa local sin dar más detalles.
CELEBRAR SIN AGLOMERACIONES
En un intento por reducir la cantidad de espectadores que atiendan las celebraciones del sábado, se han adoptado distintas medidas.
En Nueva York, se espera que la tienda Macy’s celebre su espectáculo de fuegos artificiales entre las 20 y 22.00 horas, que previsiblemente serán lanzados desde el Empire State, en Manhattan.
La reconocida tienda por departamentos llevó a cabo durante esta semana pequeñas exhibiciones por día (lunes, martes y miércoles) durante cinco minutos, aunque, para evitar aglomeraciones, no divulgó los lugares solo hasta minutos antes de celebrarse.
Mientras que en Ohio, el desfile de la ciudad de Upper Arlington, alargó su recorrido, de 3,21 a 40,2 kilómetros, para atravesar más vecindarios y así evitar que el público se congregue en algunas zonas.
Albuquerque, en Nuevo México, ha dispuesto lanzar los fuegos pirotécnicos desde cuatro puntos de la ciudad, para que facilitar que puedan ser vistos por todos sus habitantes.
En Florida, donde este viernes se contabilizaron 9.488 casos, por debajo del récord de 10.109 del jueves, numerosos condados anunciaron el cierre de sus playas, sitios tradicionales de visita durante esta festividad en el llamado estado del sol.