Chicago (IL), 25 mar (ELINFORMADORUSA/EFE News).-
a pandemia del coronavirus ha obligado a muchas empresas a enviar a su personal a trabajar desde casa, pero esta no es una solución para todos los segmentos de la fuerza laboral y los hispanos son el grupo que menos puede realizar teletrabajo, con apenas 16,2 %, señaló la economista Elise Gould, del Economic Policy Institute.
«No todos pueden trabajar desde su casa en este momento de crisis, en particular los hispanos», declaró a Efe Gould, coautora de un estudio sobre la capacidad de trabajar a distancia de los diferentes grupos étnicos de Estados Unidos.
Señaló que solamente uno de cada seis hispanos está capacitado, dispuesto o desempeña una actividad que puede ser transferida al teletrabajo, una opción que se impone en momentos en que se restringe cada vez más el movimiento de las personas para tratar de frenar el contagio del COVI-19.
Gould y su colega Heidi Shierholz comprobaron que los trabajadores de origen asiático son los más preparados y dispuestos a trabajar desde sus casas (37 %), seguidos por los blancos (29,9 %), afroamericanos (19,7 %) e hispanos o latinos (16,2 %).
En materia salarial, quienes ganan menos son los que tienen menor flexibilidad para el teletrabajo: Solo 9,2 % de los trabajadores en el grupo de quienes tienen los salarios más bajos pueden trabajar a distancia, comparado con el 61,5 % de los que cobran más.
Según el estudio, divulgado el 19 de marzo, en la hotelería y restaurantes hay solamente 8,8 % de trabajadores que pueden trabajar desde sus casas, mientras que en las actividades financieras, profesionales, servicios empresariales y de información la proporción sube al 50 %.
El teletrabajo también es problemático en los hogares con hijos, donde solamente 34,9 % de los padres pueden atender las demandas diarias de la oficina y al mismo tiempo cuidar de los menores que están en casa por el cierre de las escuelas, señala.
Gould dijo que la mayoría de los hispanos que han perdido su trabajo por culpa de la pandemia se encuentran además entre «la espada y la pared» porque tienen que salir a la calle en busca del sustento a pesar de la cuarentena, y quedan a merced del contagio.
En su opinión, «está por verse» si el plan de estimulo económico que se discute en el Congreso va a ayudar «realmente» a los 10 millones de trabajadores que podrían quedar desempleados como consecuencia del coronavirus.
El Gobierno federal tendría que expandir los beneficios del seguro de desempleo, alentar el consumo familiar enviando dinero directamente a las familias, aumentar sustancialmente la ayuda a los gobiernos estatales y locales, y proveer créditos fiscales que alienten a las empresas a no despedir trabajadores, entre otras medidas.
«De las discusiones surge por momentos que el Gobierno se preocuparía más por el bienestar de las grandes empresas y se olvidaría de la gente de a pie, que necesita ayuda para comer y pagar la renta», dijo Gould.