Editorial Por Luis Molina
Miles, no millones, de personas anhelan llegar a los Estados Unidos y muchos lo logran mientras que otros no.
Las fronteras están abarrotadas donde no solo adultos sino familias completas incluyendo niños están pidiendo a gritos poder entrar al país de las barras y las estrellas
Es muy lamentable y triste ver países como México, Guatemala, Honduras y la lista es larga, donde las personas se van a dormir con su estómago vacío muchas veces. Y muchas veces es por la corrupción y mala administración de dichos países.
Sin embargo, muchas veces escuchamos comentarios como “más vale comer un plato de frijoles juntos que separarnos como familia». Este comentario el cual quizás usted lo ha escuchado muchas veces yo me pongo a pensar y pienso que es acertado en muchos casos, no en todos, pero en muchos si y ahora les dijo por qué.
En muchas ocasiones, el hombre emigra con el fin de proveer un mejor futuro para su familia y eso no tiene nada de malo porque en su mayoría llegamos aquí con la misma ilusión y es encomiable que muchos lo han logrado, mientras que otros nunca deberían de haberse venido, y quizás usted me diga que estoy mal pero ahora le diré mi pensar.
Conozco personas incluso amigos que llegan aquí con la ilusión ya mencionada, de ayudar a su familia y al paso del tiempo se olvidan de su familia, abandonan a su esposa, a sus hijos y forman otra familia aquí dejando a sus familias en peor estado de lo que la dejaron.
Lo que orilla muchas veces a los hijos a salirse de la escuela y ponerse a vender chicles en la calle, limpiar vidrios en los carros, a vender el pan que hace su mamá entre otras cosas siendo que su padre el que supuestamente emigró con el fin de ayudar a su familia los abandonó y ahora su familia está más sumida en la pobreza por que la mamá ahora tiene que sacar a su familia adelante sola.
Es por eso el título de esta editorial «No siempre el sueño americano es lo mejor para todos».