Editorial por Luis Molina
Al fin terminamos una serie de restricciones de tres semanas y con ellas se esperaba que el estado volviera a la normalidad, sin embargo esto no fue posible ya que muchos inconscientes desobedecieron las recomendaciones e indicaciones de las autoridades y pese al alto riesgo que conllevaba el reunirse para festejar el Día de Acción de Gracias, se juntaron e incluso viajaron desde otras ciudades y estados para reunirse con la familia.
Y gracias a estas imprudencias es que ahora estamos pagando la factura, otro período alargado de restricciones para mitigar los contagios de covid-19.
Y para cómo está pintando la cosa habrá que agarrarnos porque viene la Navidad y el Año Nuevo, y con estos festejos ciertamente vendrán los disparos en los números de contagios.
Lo malo de esto es que muchos no entienden el gran impacto que esto tiene, de que esa irresponsabilidad tiene una causa y una consecuencia para algunos que estamos en el mundo de los negocios.
Y la realidad es que como negocios lo más difícil es mantenerse a flote con tanta restricción solo porque la gente se niega a hacer caso, a no reunirse, a no usar cubrebocas y a no respetar el distanciamiento.
Con estos meses de pandemia y cientos de restricciones a veces vemos solo una parte del todo, y solemos aplaudir siempre a la gobernadora por sus decisiones, claro la salud es y será siempre lo primero, pero ¿qué pasa con esos negocios que ya se fueron a la quiebra o están a punto de encontrarla?
Un negocio tarda años en planearse, tarda meses en edificarse y tal vez décadas en despegar como para que en unos días o meses tenga que cerrar a causa de una contingencia sanitaria.
La verdad es muy triste porque como periódico hemos dicho adiós a clientes que nos fueron fieles por años, es triste despedirse de quien por largo tiempo fue como un colega y lo peor de todo es ver cómo familias enteras se quedan sin ingresos fijos porque además de cerrar el negocio despidió a sus empleados.
Esto amigos es la otra cara de las restricciones y los cierres que genera el que no nos cuidemos ante este virus que no solo cobra vidas sino que también está matando a los negocios.
