Washington (EFE)
Cada vez son más las voces que piden respuestas a lo que sucede en Fort Hood (Texas), después de que se hallase ahorcado al soldado Elder Fernandes, que había denunciado acoso sexual en esta base del Ejército y a la que pertenecían otros militares que murieron en los últimos meses en extrañas circunstancias, incluida Vanessa Guillén.
Tras dar a conocer la noticia del hallazgo del cuerpo del joven soldado, la abogada de la familia Fernandes, Natalie Khawam, pidió al Congreso federal que realice una investigación sobre lo que ocurre en la base militar.
«Nuestra peor pesadilla ha pasado», dijo en un comunicado la abogada. “Uno de los nuestros, el sargento Fernandes, ha sido encontrado muerto hoy. Estamos asqueados por esta tragedia que ha sucedido demasiadas veces».
La organización no gubernamental Missing People in America, que asegura que Fernandes era el décimo soldado que había desaparecido en el último año de Fort Hood, cinco de los cuales considerados como homicidios sin resolver, indicó este miércoles que es «difícil de creer» que el sargento se hubiera suicidado. Fernandes, quien había denunciado abuso sexual en la base de Fort Hood, fue hallado muerto a última hora del martes, ahorcado, ocho días después de su desaparición.
La policía local respondió en la tarde del martes a una llamada que dio cuenta de «un hombre visto cerca de las vías del ferrocarril», y cuando los agentes llegaron encontraron un «cuerpo que había estado muerto por un tiempo», indicó la policía de Tempe. Khawam también representa a la familia de la soldado Vanessa Guillén, cuyo cadáver mutilado se encontró unos dos meses después que la joven, de ascendencia mexicana, desapareciera de la base, una de las mayores instalaciones militares de Estados Unidos en el mundo, en la cual revistan unos 65.000 soldados.
Según los investigadores, otro soldado, el especialista Aaron Robinson, mató a Guillén y sepulto sus restos. El sospechoso se suicidó el 30 de junio, según la policía. Días antes también se encontró no lejos de allí, en la ciudad de Killeen, los restos del soldado Gregory Wedel Morales, desaparecido desde agosto de 2019. Y en mayo el soldado de primera Brandon Rosecrans fue ultimado en Harker Heights, y en marzo del especialista Freddy Delacruz fue asesinado en Killeen.
Antes de que se conociera el hallazgo de Fernandes, el influyente senador John Cornyn, republicano de Texas, había dicho esta semana que «la seguridad de los soldados es con toda razón la prioridad número uno del Ejército, y es claro que deben hacerse cambios para salvaguardar mejor a los soldados estacionados allí.»
En una carta enviada al secretario de Ejército, Ryan McCarthy, Cornyn señaló que es evidente que se deben hacer «cambios» para proteger a los soldados del cuartel en vista de las varias desapariciones y muertes de los últimos meses, incluyendo la de Fernandes, de 23 años, oriundo de Brockton (Massachusetts) y cuya familia proviene de Cabo Verde.
Khawam dijo que oficiales del Ejército llamaron a la familia el martes por la noche e informaron que se había hallado un cuerpo, colgado de un árbol, en Temple, unos 48 kilómetros al este de Fort Hood. Una mochila negra hallada en el sitio contenía una tarjeta militar de identificación y una licencia de manejo a nombre de Fernandes, añadió la abogada. La familia de Fernandes informó de la desaparición del joven el pasado miércoles luego de que fuera visto por última vez el 17 de agosto, cuando un sargento de estado mayor lo dejó en su casa ubicada en Killeen, según informó el Departamento de Policía de esa localidad.
Fernandes había sido trasladado a una unidad distinta dentro de Fort Hood tras interponer una demanda por abuso sexual, por lo que se habría abierto una investigación por “contacto abusivo sexual”, según dijo en una declaración Chris Brautigam, teniente coronel de Fort Hood. La situación en Fort Hood indigna a los familiares de Guillén, quienes han convocado a una protesta para intentar revertir la situación que viven, tras pasar cuatro meses sin tener respuestas.
«Se ha perdido una vida y, todavía, no hay justicia», indicaron en la convocatoria de la protesta frente a Fort Hood.
El 30 de agosto el presidente Donald Trump recibió en la Casa Blanca a familiares de Guillén y les prometió que habría una investigación completa del caso. Por su parte, el secretario del Ejército declaró durante una rueda de prensa en Fort Hood que la muerte de Guillén ha sido un “catalizador” que destaca el acoso y el asalto sexual dentro de las Fuerzas Armadas. Ryan ordenó una revisión independiente para “llegar a la raíz del problema” y aseguró que protegerán y honrarán el legado de la joven creando “cambios perdurables”.
El funcionario señaló que una vez completada la investigación proporcionará una “actualización a los medios y al Congreso”, y explicó que el Ejército “toma los cargos de acoso sexual y asalto muy en serio y claramente hay más por hacer”. “En definitiva los resultados, hallazgos y recomendaciones impulsarán un equipo de implementación presidido por el subsecretario de Ejército y el subjefe del Estado Mayor del Ejército”, sostuvo. McCarthy explicó que la nueva iniciativa, “Proyecto Inclusión”, estará destinado para abordar temas de discriminación, acoso y agresión sexual, diversidad y suicidio.