Por: Miguel Ángel/El Informador
Wyoming, MI.-
aludos informados amigos… y como dirían en mi pueblo: “vuelve la burra al trigo”, y vaya que este ha sido un torneo difícil para las diferentes ligas a nivel mundial en el campo de juego, el buen espectáculo ha escaseado y lo que es peor, la violencia apareció en varios estadios. Los brotes de discriminación en diferentes partidos, en donde muchos hicieron como que no pasó nada y luego en su mismo estadio y con su misma gente. Mario Balotelli volvió a sufrir insultos discriminatorios por su color de piel. El delantero Mario Balotelli, del club Brescia, amenazó con abandonar la cancha el domingo en medio de insultos racistas lanzados hacia él por aficionados del Hellas Verona en un duelo de la Serie A italiana.
Visiblemente molesto mientras disputaba el balón cerca de una esquina de la cancha frente al extremo del estadio desde el cual los hinchas del equipo rival imitaban los sonidos de los simios, Balotelli, de raza negra, detuvo las acciones, tomó el balón con las manos y lo pateó con fuerza hacia las tribunas en señal de frustración.
Jugadores de ambos equipos se acercaron a abrazarlo y convencerlo de seguir en el partido al tiempo que el árbitro ordenó la lectura de una advertencia por el sistema de avisos públicos del estadio.
Aun así, el técnico del Verona, Ivan Juric, dijo no haber escuchado ningún insulto racista.
Pero de que se puede erradicar estos actos se puede, y un ejemplo sobre el control de acciones que atenten e inciten a la violencia en el deporte, es lo sucedido con el ex sacerdote irlandés Cornelius «Neil» Horan, a quien le retiraron su acceso a eventos deportivos por contar con antecedentes nefastos, y es que Cornelius Horan fue aquel sujeto que vimos aparecer en la Maratón en los Juegos Olímpicos de Atenas, justo cuando el gran maratonista brasileño Vanderlei de Lima iba como líder en la exhaustiva prueba y todo indicaba que sólo era cuestión de tiempo para que ganara el oro olímpico, cuando en el kilómetro 34 apareció Horan y detuvo a Vanderlei en su camino al pódium olímpico. Al final Horan fue detenido y condenado a 1 año de prisión, lo cual nunca le devolvió la medalla de oro a Vanderlei, porque al maratonista con el incidente apenas le alcanzó para ganar el tercer lugar, en medio de la protesta de la delegación brasileña por lo sucedido. Ah, pero escenas como esa las repitió en diferentes deportes hasta que Scotland Yard boletinó a Cornelius Horan sobre sus fechorías en el deporte y hoy todos conocen su rostro, sus delitos y de ahí su restricción para estar en eventos deportivos. Ojalá se logre controlar la violencia, y el deporte siga siendo un acto de eso de deporte, generando salud, diversión, entretenimiento y por supuesto, intereses económicos.
Nos leemos la próxima y recuerden: “Nadie es como tú, y ese es tu poder”.