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Muchas veces nos ha tocado escuchar a personas que reniegan de su vida, de lo que tienen, de lo que han hecho en y de su vida.
Muchas veces estas quejas son de personas que pudiéramos decir tienen una vida buena, y que para algunos menos favorecidos es envidiable.
Lamentablemente este es un aspecto de la personalidad humana y un gran defecto porque no estamos conformes con lo que tenemos.
Si bien las ganas de superarse son buenas y tener ciertas aspiraciones también lo es, la ambición no es para nada buena.
Y lo decimos en el sentido de que muchas veces nomas estamos viendo al vecino para ver que tiene de más o de menos.
Para algunas personas menos agraciadas realmente la vida por la que nos quejamos para ellos sería un lujo. Para personas en situación de calle, para trabajadores de poca paga y familia numerosa, para aquellos que tienen un carro más económico que el nuestro, o para los que no tiene auto, para los que desean un hogar, aunque fuera como el de nosotros o al menos propio.
Esto sin duda alguna va de la mano con el titular de este artículo, para lo que algunos es basura, para otros puede ser un gran tesoro.
La reflexión aquí es qué hay que valorar lo que tenemos y no ir por la vida quejándonos, al contrario, hay que ser agradecidos con lo que tenemos porque mientras tengamos vida y salud lo material es punto y aparte.
Hay que esforzarse por ser mejores en cualquier circunstancia, aprovechar las oportunidades y no renegar de nuestra fortuna, porque tarde o temprano a todos nos toca el crecer, siempre y cuando nos esforcemos y dejemos de renegar por lo mucho o poco que tenemos.
