Por Melisa Utz
Cuando compras una casa, seguramente escucharás términos como “escritura” y “título de propiedad”. Aunque muchas personas los usan como si fueran lo mismo, en realidad no son iguales. Entender la diferencia es clave para proteger tu inversión.
La escritura (deed, en inglés) es el documento legal que transfiere oficialmente la propiedad de una persona a otra. Es como una carta de traspaso. En ella se indica quién es el nuevo dueño, la descripción legal del terreno y la fecha de la transferencia. Esta escritura debe registrarse en la oficina del condado para que sea válida.
El título de propiedad, por otro lado, no es un papel específico, sino el derecho legal que tienes sobre la propiedad. Tener “el título” significa que eres el dueño legítimo y tienes el derecho de usar, vender o transferir esa propiedad. Cuando se habla de «tener título limpio», se refiere a que no hay problemas legales pendientes como deudas, juicios o disputas de herencia.
Por eso, durante una compra de casa, se hace una búsqueda de título para asegurarse de que no hay problemas legales escondidos. También se suele contratar un seguro de título, que te protege por si en el futuro aparece alguna reclamación.
En resumen:
- La escritura es el documento físico que transfiere la propiedad.
- El título es el derecho legal que te convierte en dueño.
Ambos son esenciales en cualquier transacción de bienes raíces. Y como siempre, estar bien informado te da tranquilidad.
No dudes en contactarme para una consulta gratis y sin compromiso al 616-644-1685. Síganos en Instagram, Facebook o TikTok en @utz4homes.
