Por: Miguel Ángel/El Informador
Wyoming, MI.-
ERRORES se pagan caros teniendo un rival de jerarquía como lo es Argentina. Regalar balones en la salida, perder las marcas, ser condescendiente con el que lleva el balón a la portería, tiene sus costos. La defensa fue de papel en un duelo donde los primeros minutos México compitió al tú por tú, pero como siempre sucede, anímicamente el equipo no tiene respuesta cuando sabe que se equivocó y se regaló, siendo de ahí producto la goleada que pone focos rojos.
DERRUMBAR a Ochoa por la goleada es mezquino, cuando quedó indefenso ante las fallas de sus hombres que tiene por delante. Néstor Araujo, que ha crecido enormemente, tuvo una mala noche como a cualquiera le puede pasar, y Salcedo no anduvo en el nivel que llegó a tener. El equipo se partió por la mitad, donde la media cancha se perdió y los de adelante nunca tuvieron con qué llegar a la portería de Andrada.
MARTINO sabe que ni en lo invicto fue lo que se hizo pretender, ni en la derrota tampoco es el nivel real de este equipo. Pero esto del Tricolor es cíclico. Técnicos van, jugadores vienen, salen, surgen otros e históricamente se siguen viviendo mismas situaciones con diferentes nombres, por lo cual el mal es de fondo y no es de forma, comenzando por entender el lugar que se ocupa en el concierto mundial del balompié.
LO QUE QUEDA es levantarse una vez más, reconstruir, recapacitar y aprender, olvidándose de todo lo que enmarca publicitariamente al producto más importante de México, que a final de cuentas queda dañado por estas campañas, que manipulan, ilusionan y dan lugar a los frentazos.
PREGUNTA: ¿Por qué no se aprenden las lecciones y éstas se repiten?
Nos leemos la próxima y recuerden: “La vida te pondrá obstáculos, pero los límites los pones tu”
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