Por Miguel Ángel/El Informador.-
WYOMING, MI.-
SALUDOS informados amigos del informador… SI para cualquier persona es muy difícil cuando la vida productiva llega a su ocaso, para los deportistas parece que es todavía más cuando llega el retiro. Muchos son los atletas que después del adiós “no se hallan”, como dirían en mi pueblo, y tienen que regresar al deporte de sus amores. En muchos otros casos la falta de dinero, por despilfarrar las ganancias que les dejo su trabajo deportivo, acelera la toma de decisión y los obliga a regresar, para bien o para mal.
En los últimos tiempos hemos visto o leído de muchos casos de extraordinarios atletas que regresaron de su ocaso. Como para muestra basta un botón, recordemos a Óscar de la Hoya, el llamado “Golden Boy” del boxeo, cuando se retiró y después regresó. ¿El motivo? Floyd Mayweather le lanzo el reto de realizar una pelea de revancha, para cerrar el capítulo en el que ambos se enfrentaron allá por el 2007.
En aquella ocasión Mayweather ganó la pelea, pero ésta concluyó con una muy cerrada decisión dividida y la “espinita” ahí se quedó. Cuando Floyd retó al “Golden Boy”, este último dijo que estaba felizmente retirado, pero al parecer la “cosquilla” de regresar al gimnasio, el correr por las mañanas, el ponerse los guantes y toda la motivación que trae consigo una preparación para subirse al ring le ganó. El dueño de “Golden Boy Promotions” sabe que no es lo mismo estar cerca de los peleadores que ser el protagonista de una pelea estelar.
El otro caso es Rivaldo, aquel extraordinario jugador brasileño campeón del mundo en 2002, quien a sus 43 años de edad, y después de más de tres años en el retiro, confirmo por redes sociales su regreso a las canchas para jugar con el Mogi Mirim, equipo que ocupaba los últimos lugares de la Segunda División del torneo local brasileño y del cual también era el presidente. Su gran motivación fue jugar al lado de su hijo, lo cual le dio una inyección de juventud y ánimo. Sin embargo, el permiso final y última palabra fueron dichas por su rodilla, la cual provocó su adiós a las canchas tiempo atrás.
Muchos, muchos son los casos de deportistas que regresan del retiro, pero la diferencia es la forma en la que lo hacen. Y es que cuando uno platica con una figura retirada, todos coinciden en afirmar que el deporte es su pasión. El sentir la cancha, pista, duela o ring y toda su adrenalina, el entrenamiento diario, el cuerpo dando su máximo esfuerzo… todo eso es ¡i-ni-gua-la-ble!
Y si eso además les dio fama y fortuna, esas ganas de seguir compitiendo difícilmente se van, aun cuando los años también pesan. Lo más importante es meditar muy bien el motivo del regreso y sus consecuencias, porque hay quienes sólo regresan para arrastrar su prestigio. Del retiro al regreso hay solo un paso.
Nos leemos la próxima semana, y recuerden: “Si el plan no funciona, cambia el plan pero no cambies la meta”.