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Inmigrante sobresaliente comparte historia exitosa

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“Me tomó tiempo salir de la sombra y admitir que era indocumentada, porque toma tiempo construir esa confianza, pero ahora sé que mi estatus migratorio no define quién soy, y que no tiene que dictar mis logros o cómo vivo mi vida”- Julissa Arce, abogadora de la justicia social.

Por Joel Morales

El Informador

GRAND RAPIDS, MI

joel@elinformadorusa.com

A los 11 años de edad, Julissa Arce llegó a Estados Unidos desde México con sus padres. Cuando su visa de turista se venció, se quedó y por años vivió como indocumentada, a la misma vez ascendiendo la escalera de éxito para convertirse en una ejecutiva en “Wall Street” en Nueva York y trabajando en las más prestigiosas compañías (Goldman Sachs, Merrill Lynch, etc.).

El miércoles, 15 de noviembre, como parte de la Serie de Conferencias de Diversidad de Grand Rapids Community College, cuya intención es que las personas consideren perspectivas ajenas a ellas, Arce, autora del libro “Mi Sueño (Clandestino) Americano”, se presentó en la iglesia Fountain Street donde compartió su historia.

“Cuando mis padres me dijeron que Estados Unidos sería nuestro nuevo hogar, pensé que no me adaptaría a la vida porque nunca había visto a alguien parecida a mí, que llamaran americano”, dijo la conferencista. “Cuando las únicas imágenes que vemos de hispanos en la televisión son de sirvientes o personas similares, eso se convierte en nuestro ejemplo”, agregó.

La mexicana le dijo a la audiencia de más de 100 personas, que después de graduarse de la escuela secundaria, se matriculó en la universidad y que, durante la semana, asistía a clases y que, en los fines de semana, conducía desde Austin, Texas a San Antonio, donde vendía churros.

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“Con ese dinero pagaba mi colegiatura, mis libros, la renta y a veces me quedaba algo para comprarme una rebanada de pizza”, dijo Arce. “Guardaba mis ahorros debajo del colchón de mi cama, algo que luego ocasionó que mis compañeras me preguntaran por qué no depositaba en el banco. En esos tiempos una persona indocumentada no podía tener una cuenta bancaria porque no se podía obtener una identificación o licencia de conducir sin papeles legales”, agregó.

La autora, conferencista, defensora de la justicia social y cofundadora de Ascend Educational Fund, un programa de becas y orientación para estudiantes inmigrantes, independiente de su estatus inmigratorio, etnicidad u origen nacional, dijo que su madre le inculcó que cualquier cosa en la vida era posible, si no se metía en problemas y si trabajaba duro.

Dijo que también le enseño que la preparación y las oportunidades son las cosas que las personas necesitan para salir adelante. Dijo que la primera, preparación, es algo que está en las manos de toda persona, la segunda, oportunidad, es algo que cuando se da, hay que aprovechar.

A los 20 años de edad, Arce compró un número de seguro social falso y con ese mismo navegó el sistema escolar y el sector de comercio de finanzas en Nueva York con su secreto de ser inmigrante indocumentada.

“Años después, cuando mi padre se enfermó y enfrentaba la muerte en México, y en mi agonía de pensar si debería ir, y que después iba a tener que regresar y cruzar la frontera de manera ilegal y no ir, mi padre murió”, dijo la conferencista. “No pasa un día que no pienso que hubiera hecho las cosas distintas, y como yo, hay muchos enfrentando decisiones imposibles”, agregó.

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Arce dijo que la ley y la justicia no son las mismas cosas, diciéndole a la audiencia que en el pasado la ley no les permitía a personas de distintas razas casarse, y que la mujer no tenía el derecho del voto, y que las leyes aún necesitan ponerse al día.

En entrevista con El Informador, la autora y conferencista dijo que espera que la comunidad inmigrante siga luchando, siga buscando la justicia para todos, porque si se trata a los demás de la manera que nos gustaría que nos trataran a nosotros, eso sería progreso.

“Me tomó tiempo salir de la sombra y admitir que era indocumentada, porque toma tiempo construir esa confianza, pero ahora sé que mi estatus migratorio no defina quién soy, y que no tiene que dictar mis logros o cómo vivo mi vida”, dijo Arce. “Hay poder en saber de lo que eres capaz y de creer en ti mismo”, agregó.

Dijo que no todo en el mundo o la vida es blanco y negro, y que espera que cuando se trate de asuntos de inmigración, la gente se haga preguntas a sí mismas de lo que creen sea la verdad, y que todos los sueños son posibles si la persona continúa la búsqueda de ellos todos los días.