Opinión por Luis Molina
Al verme en esa foto y al verme hoy se llenó mi mente de pensamientos tan gratos, de cómo la vida me ha brindado oportunidades para ser mejor y crecer no solo en lo profesional y en lo económico, sino que también en lo personal.
Para nadie es un secreto que yo y mi esposa fundamos el periódico El Informador y en la región tengo el privilegio de conocer miles de personas gracias a mi labor periodística.
Considero que El Informador ha sido un medio en el cual como director hemos logrado ayudar a cientos de personas, a desenmascarar a los ladrones y estafadores que se aprovechan de la comunidad, a defender los derechos de la comunidad, entre miles de otras cosas.
A pesar de que las cosas son muy gratas en este momento de mi vida, hablando en todos los sentidos, las cosas no siempre fueron así, y lo digo porque al ver esa fotografía, en la que aparece un joven Luis Molina, que en ese entonces ni siquiera tenía una idea de que era el periodismo, me recordó los momentos difíciles y de adversidad que he tenido.
La vida me presentó la oportunidad de tener este negocio y profesión tan bonita, pero para poder llegar aquí el camino fue muy duro, lleno de obstáculos y de piedras en el camino, entre ellos la envidia de otro medio, mismos que lucharon a toda costa por desaparecer a El Informador y que hasta la fecha continúan haciéndolo sin poder lograrlo, pero si algo me enseñó la vida es que si te caes debes levantarte, limpiarte las rodillas y seguir intentándolo porque las pruebas una vez superadas solo te hacen más fuerte y firme en tus convicciones y metas a seguir.
Ni los problemas económicos, ni familiares, laborales y personales deben de ser un obstáculo siempre hay que luchar por sus sueños.
A ustedes que me están leyendo los animo a que nunca se rindan y que luchen por sus sueños, porque lo que se trabaja y se hace con esfuerzo y dedicación hoy rendirá frutos en el mañana.
Como dije en este titular los años no pasan en balde ya no seré el mismo joven, pero me siento con las ganas y las fuerzas de ese entonces y como los buenos vinos entre más añejos mejor.
Jamás se rindan, siempre luchen por sus sueños y con esfuerzo lo conseguirán, se los dice un hombre que sufrió y luchó, pero lo logró.